Se hace en depósito cerrado.

Se acelera la descomposición de los residuos orgánicos.

Se obtiene del proceso: gas y abono en forma de compost.

Las cenizas que genera no son tóxicas.

Es más barato que incinerar.

Oviedo, Raquel L. MURIAS

Si la planta de biometanización que se proyecta hacer en Cogersa tuviese capacidad para tratar 300.000 toneladas de basura orgánica al año (toda aquella que se puede descomponer), los residuos urbanos de Asturias se reducirían a la mitad, con lo que, según los ecologistas, se evitaría construir la polémica incineradora.

Pero los cálculos de los conservacionistas no coinciden, otra vez, con los del Principado, que acaba de sacar a información pública el proyecto para construir una planta con capacidad de tratamiento de 30.000 toneladas al año. Según la Coordinadora Ecologista de Asturias, que ha presentado sugerencias al trámite ambiental de esta planta, la «escasa» capacidad de tratamiento del proyecto que se tramita para Asturias, no es más que «una artimaña del Principado para disculpar la planta incineradora». La planta de biometanización acelera el proceso natural de descomposición de los restos orgánicos (cáscaras de fruta, restos de madera, tierra, huesos de animales) y, además, no genera emisiones y permite el aprovechamiento de estos residuos, ya que los convierte en biogás y abono. Según los ecologistas, «nada tiene que ver con el tratamiento de una incineradora, donde se produce una quema de residuos y en Asturias, según lo que Cogersa pretende llevar a cabo, unas emisiones estimadas de 600.000 toneladas de CO2».

Los ecologistas aseguran que si la planta de biometanización de Cogersa tuviese capacidad para tratar 300.000 toneladas al año, teniendo en cuenta que hoy por hoy se llevan a Serín 500.000 toneladas anuales de basura urbana, de las que 220.000 son fracción orgánica de basura doméstica y 100.000 toneladas corresponden a lodos de depuradora, «no habría forma de disculpar la construcción de la incineradora porque los residuos serían menos de la mitad», aseguran los conservacionistas.

En cuanto al coste de las instalaciones, los ecologistas también defienden que la biometanización, aparte de ser más limpia, también es la opción más rentable. «El coste de mantenimiento de una planta de este tipo es seis veces menor que el de una incineradora, y la inversión inicial para construirla, de menos de la mitad», explican desde la Coordinadora Ecologista de Asturias.

Según los conservacionistas, que siempre han defendido que Asturias puede hacer frente al tratamiento de todos sus residuos combinando la biometanización, el reciclaje y el almacenamiento en vertedero, sin necesidad de quemar, el proyecto que Cogersa presenta para tratar los residuos orgánicos es «anecdótico para las posibilidades reales que tendría la biometanización». Además insisten en que «aunque no hay milagros para tratar residuos», no hay necesidad de incinerarlos.