Oviedo, J. A. ARDURA

La marca de Asturias cotiza al alza. La buena imagen que los productos agroalimentarios de Asturias tienen en el resto de España es un filón que la región debe explotar para vencer las limitaciones de un sector que alcanza un volumen de negocio anual de 2.000 millones de euros, pero una modesta presencia en el exterior como principal asignatura pendiente. Éste es el diagnóstico de la asociación Compromiso Asturias XXI, que también apunta a una apuesta decidida por la investigación, el desarrollo y la innovación como alternativa para romper el techo del tercer sector en importancia de la región tras el metalúrgico y el energético.

La industria agroalimentaria tiene «un evidente potencial en Asturias» y un margen de mejora en la estructura económica de la región, según el análisis realizado por Compromiso Asturias XXI. La mejora de la competitividad es uno de los retos del sector. De hecho, el profesor Joaquín Lorences advirtió recientemente en un estudio de que la industria agroalimentaria no se encuentra entre las ocho actividades productivas que se sitúan al más alto nivel de competitividad en España, aunque su productividad es superior a la media nacional.

Las encuestas revelan que «los productos alimenticios asturianos tienen buena imagen en España, donde son asociados por los consumidores a un medio natural rico y bien conservado». En opinión del colectivo Compromiso Asturias XXI, hay que rentabilizar ese activo, al que el Principado nunca ha recurrido. Incluso llega a proponer una campaña de promoción similar a la difundida de cara el mercado turístico con el eslogan «Paraíso Natural», pero centrándola en los productos alimenticios de la región y con la participación, imprescindible, de la Administración regional. «Muchas empresas, medianas y pequeñas, no tienen capacidad para afrontar por sí mismas campañas de este tipo. Por eso precisan unir sus fuerzas y probablemente requerir el apoyo de la Administración autonómica», llamada a liderar ese proceso con «una campaña, intensa y sostenida en el tiempo, que no se ha hecho nunca». El mismo análisis sostiene que las campañas promocionales de los productos asturianos deberían tener en cuenta productos tales como la sidra o los quesos, «que tienen una gran aceptación entre los turistas que visitan Asturias, pero son poco conocidos fuera de la región». La limitación que impone el reducido mercado asturiano es otra de las metas a batir por el sector agroalimentario asturiano. «El mercado asturiano es pequeño y puede llegar a reducirse. Si eso ocurre, debe buscar su expansión fuera de la región», sugiere este colectivo que pone como ejemplo el sector de la sidra: «Tras hacer un brillante recorrido de modernización (...) se encuentra cerca de un techo contra el que acabará estrellándose si no logra vender fuera de Asturias».

El análisis de Compromiso Asturias XXI también se detiene en los principales problemas de la industria agroalimentaria de la región, entre los que destaca la resistencia al asociacionismo y la reducida apuesta por la investigación. El empresariado asturiano del ramo agroalimentario se caracteriza por un fuerte individualismo, apenas el 9 por ciento se reconoce partidario de asociarse, una actitud que, indirectamente, también afecta a una escasa inversión en la mejora de los productos. Las partidas destinadas a I+D+i (inversión más desarrollo más innovación) brillan por su ausencia en el sector, hasta el punto de que un 76 por ciento de los empresarios no ha desarrollado ningún proyecto de colaboración con otras empresas en ese ámbito. El fomento de la investigación es otro de los retos de futuro. Sólo las grandes empresas del sector disponen de los recursos suficientes para acometer esa tarea, considerada por Compromiso Asturias XXI «imprescindible» para competir en el mercado. «La asociación permite plantearse objetivos más ambiciosos», aconseja el colectivo, que propone aprovechar la existencia en la región de organismos cuyo objetivo es la investigación, tales como el SERIDA o el IPLA, centrado en la investigación de la leche y sus derivados.

El informe incide en la infrautilización del campo asturiano y propone alternativas para dinamizar el que podría ser, a su juicio, «uno de los sectores tractores de la economía asturiana». La obtención de más tierras para la ganadería es uno de los objetivos para mejorar el sector lácteo. «Muchos ganaderos necesitan más tierra para mejorar la rentabilidad de sus explotaciones», sugiere Compromiso Asturias XXI, que plantea la posibilidad de «un rápido trasvase de medios de la producción de leche a la de carne, para la que Asturias está en principio bien posicionada para ofrecer productos de gran valor añadido».

Un sector que genera 8.500 empleos

La industria agroalimentaria genera 8.500 empleos y es la tercera en importancia de la región, tras el sector metalúrgico y el energético. Central Lechera, Nestlé o Danone son las empresas más importantes, pero el tamaño medio de las 700 empresas agroalimentarias de Asturias es pequeño, con una media de poco más de diez trabajadores. Las industrias lácteas generan una cuarta de los puestos de trabajo. Asturias es la primera productora de sidra del país, la mayor parte de la producción se consume en las 6.000 sidrerías de la región.

Recuperar productos como la mantequilla

Compromiso Asturias XXI plantea recuperar «productos asturianos excelentes que pasan por un período de eclipse». Y cita el ejemplo de la mantequilla, «cuya calidad es comparable e incluso superior a la de otras que tienen denominaciones de origen, como la de Soria o la de Cataluña». El diagnóstico: necesitan de una promoción adecuada para emerger en toda su potencialidad. La orientación hacia líneas de «delicatessen», en las que se han centrado pequeñas empresas especializadas en conserva de pescado es uno de los ejemplos destacados por el informe del colectivo.

La investigación como prioridad

Los empresarios de la región destinan pocos recursos a la investigación, desarrollo e innovación de sus frutos debido, en gran parte, a su resistencia a la asociación. La investigación básica y aplicada se perfila como una de las principales herramientas del sector para poder competir en un mercado cada vez más globalizado. La mejora en la presentación de productos o de envases poco atractivos o poco eficaces, como en el caso de los quesos, es una de las líneas que tiene ante sí un gran recorrido.