Avilés / Oviedo,

Miriam MANCISIDOR /

Pablo GONZÁLEZ

La Federación Socialista Asturiana (FSA) se alineó ayer con los barones del partido socialista, como Manuel Chaves y José Blanco, vicepresidente tercero y ministro de Fomento, respectivamente, que quieren compensar el «tijeretazo» de Zapatero con una subida de impuestos a las rentas más altas. Esta posibilidad, negada anteyaer por Elena Salgado, ministra de Economía, y Miguel Sebastián, de Industria, es apoyada por Javier Fernández, secretario general de la FSA. A su vez, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer sobre la subida de impuestos que no descarta nada», aunque sí aseguró que las personas con más capacidad económica son las que tienen que aportar más. Y, de paso, negó divisiones en el Ejecutivo por este tema.

Mientras, y ya en el plano regional, la vorágine de los recortes de Zapatero pueden causar daños colaterales en el pacto de Gobierno PSOE-IU. La coalición avisa sobre lo que pasará si el recorte que le corresponde a Asturias se ceba en las políticas sociales que sus dirigentes diseñan desde la consejería de Bienestar Social y Vivienda (aplicación de la ley de Dependencia o salario social). «Seguiremos en el Gobierno mientras nuestra presencia sea útil para garantizar las políticas sociales», repiten machaconamente desde IU. Y de paso, insisten, como Javier Fernández, en una subida de impuestos a los más ricos.

Al tiempo, la interconexión de la política asturiana con la nacional tuvo ayer un nuevo episodio con la intervención de Fernández de la Vega, que se mostró confiada en que el recorte económico no tenga repercusiones políticas allí donde el PSOE gobierna con otras fuerzas, en referencia a las críticas de sus socios de gobierno en Cantabria y Asturias. De la Vega realizó un llamamiento a la «serenidad» porque el «tijeretazo» es una decisión que «tenemos que aceptar todos».

Si la vicepresidenta hacía éstas declaraciones tras la reunión del consejo de Ministros de ayer, Javier Fernández concretaba la postura de la FSA en una nota en su perfil de la red social Facebook. «Es necesario que los sacrificios que se les han pedido a dos colectivos concretos, pensionistas y funcionarios, se complementen con los de otros sectores que tienen bastante más responsabilidad en la situación que vivimos», señalaba. El líder de los socialistas asturianos apuntaba que «la consolidación fiscal y la reducción del déficit debe hacerse también por la vía de los ingresos. Y ahí no tienen que ser las clases medias y bajas las que asuman el coste». Y concluía: «Al fin y al cabo, el problema de fondo de la economía española no es la deuda pública, sino el fortísimo endeudamiento privado. Y la responsabilidad fundamental está en el ámbito de las entidades financieras».

Así, y a la vez que este dicurso le servía para coincidir con el de algunos barones socialistas que apuestan por la subida de impuestos, Fernández hizo un guiño a Izquierda Unida (IU), socio del Gobierno regional que preside Vicente Álvarez Areces. La coalición de izquierdas mantiene la postura de que, ante la crisis y la consiguiente caída de ingresos públicos, tienen que contribuir más los que más tienen. Es decir, una subida de impuestos a las rentas más altas y recuperar tasas suprimidas como el impuesto de Patrimonio o de Sucesiones. «El problema del país no es de gastos, sino de ingresos», apuntaban ayer desde IU. Con nombre y apellidos, Jesús Iglesias criticaba duramente las medidas del Gobierno central con una imagen: la del cuadro de Velázquez «La rendición de Breda». Para Iglesias, Zapatero no ha hecho más que «rendirse y entregar las llaves del poder de la UE a los Estados Unidos, y las de España a los mercados, a los especuladores y a la patronal».

Iglesias entiende que con la rebaja del sueldo a los funcionarios y los pensionistas «se pide un sacrificio a la mayoría de las familias asturianas mientras se niega una reforma del sistema fiscal». Por eso exigió que «la solidaridad hay que pedírsela a quien se está forrando con la crisis». Y pidió subidas de impuestos a los bancos, a las primas de los banqueros, a las fondos de inversión y aumentar las retenciones a los tramos más altos del IRPF. Y exigió el aumento de la parte del IRPF que gestiona el Principado «aunque a nuestros socios no les gusta por eso del dumping», que puede provocar pérdidas de inversiones en favor de otras regiones con menos presión fiscal. Algo que IU no cree que ocurra. Al tiempo, y contestando a Areces, que sostiene que en tiempos de crisis no se pueden utilizar todos los recursos en sistemas de apoyo social, Iglesias defendió que políticas como la de la ley de Dependencia «también crean empleo».

En cuanto a la salud del pacto con los socialistas y la posibilidad de abandonar el Gobierno, Iglesias indicó que IU «no va a jugar a que viene el lobo de manera constante» y que la coalición dejará el Ejecutivo cuando se pongan en peligro las políticas sociales. Otras fuentes de IU señalaron ayer que «hay que ver cómo responde la FSA al giro a la derecha de Zapatero, que no se atreve a tocar a los ricos». Mientras, Noemí Martín, consejera de Bienestar, calificó el recorte de los sueldos de los políticos de «hipócritas» porque nunca se habla «de los beneficios multimillonarios de los bancos».