También en la zona rural de la región pueden darse persecuciones interminables, con helicóptero incluido, como aparecen en muchas películas americanas. Un joven protagonizó una de esas escapadas hace unos días, entre la localidad de Valdepares, en el concejo de El Franco, y la aldea de Brañavara, en la parroquia boalesa de La Ronda, uno de los núcleos de más difícil acceso de Asturias. La Guardia Civil creía que estaba en posesión de cierta cantidad de droga, aunque finalmente no se le encontró sustancia alguna.

Según fuentes conocedoras del caso, el pasado martes, el joven, del que no ha trascendido su identidad, se saltó un control establecido por una patrulla rural en las inmediaciones en la carretera nacional hacia Galicia. Se inició en ese momento una persecución en la que llegó a participar un helicóptero de la Guardia Civil que, casualmente, estaba adscrito por unos días a la compañía de Luarca.

El joven condujo primero por la carretera nacional y luego por intrincadas carreteras locales en una huida de más de treinta kilómetros, sin que su vehículo dejase de estar controlado por los medios de la Guardia Civil, especialmente el helicóptero, que guió a los vehículos que realizaban la persecución por tierra. En un momento de la persecución inició el ascenso hacia Brañavara, quizá con la intención de ganar alguna pista forestal y dar así esquinazo a los perseguidores.

Todo hacía pensar que el joven se había saltado el control establecido por los agentes para evitar ser detenido con una importante cantidad de droga. Sin embargo, según fuentes conocedoras del caso, cuando los agentes dieron alcance al conductor, en la aldea de Brañavara, no se encontraron sustancias estupefacientes en el registro practicado en el vehículo. Vecinos de la zona aseguraron que el joven llegó a la aldea de Brañavara y pidió un vaso de agua en una casa. Cuando salió de la vivienda se encontró con que estaba rodeado de agentes de la Benemérita.

El joven podría ser imputado por un delito de resistencia o incluso de conducción temeraria. Este delito conlleva hasta dos años de prisión y además implica una sanción administrativa por la que se detraen seis puntos del carné de conducir.

La presencia del helicóptero de la Guardia Civil en la zona occidental se debe a que va rotando por cada una de las ocho compañías adscritas a las dos comandancias asturianas.