Oviedo, Pablo GONZÁLEZ

Una técnica a la que se puede sacar grandes beneficios sociales y económicos, pero todavía sin un camino claro que sirva para transferir lo que ocurre en los laboratorios a los mercados. Ésta es la cara y la cruz de la nanotecnología -la ciencia de lo pequeño- según las conclusiones de un grupo de expertos reunidos ayer en el edificio «Severo Ochoa» de la Universidad de Oviedo por Compromiso Asturias XXI.

La nanotecnología es, para los miembros de esta asociación de profesionales asturianos residentes en el extranjero, uno de los sectores con futuro hacia donde debe dirigirse la economía regional. Así, la conferencia de ayer forma parte de esta iniciativa ciudadana que se plasmará en un documento.

Alfonso Martínez, director general de Química del Nalón, fue el elegido por Compromiso Asturias XXI para dar la versión del mundo empresarial sobre la nanotecnología. De mano, Martínez reconoció que existe «cierta desconexión entre los científicos y el mercado», y que queda «mucho camino por recorrer». Pero el alto directivo de la empresa química aseguró que tras la nanotecnología «hay inmensas oportunidades de negocio». Por eso no dudó en afirmar que «hay que ser decididos y apostar por las nuevas tecnologías, pero con los pies en el suelo». Y sentenció: «Debemos ser conscientes de nuestras capacidades y necesidades».

Severino Rodero, moderador de la charla, responsable de la redacción de los capítulos sobre nuevas tecnologías que recoge el documento de trabajo de Compromiso Asturias XXI y con una amplia experiencia en el sector de las telecomunicaciones, advirtió que «las nuevas tecnologías son clave para progresar en un mercado globalizado». No dudó en asegurar que en Asturias «no podemos permitirnos perder el tren de la nanotecnología». Y más porque es un sector que en Asturias «cuenta con fortalezas y respaldos», en referencia a los grupos de investigación, el apoyo público y con «un importante tejido industrial» como principal receptor de los productos que se obtengan de la investigación.

Pero no todo son buenas noticias. Rodero aseguró que en la región existe «desconocimiento y falta de interés de las empresas, que no identifican la nanotecnología con su actividad industrial». Por eso defendió, como hicieron otros de los ponentes, la necesidad de «sensibilizar a las empresas de la importancia de la nanotecnología», que resaltó que «ya ofrece aplicaciones comerciales»

Mientras, y como representante del mundo universitario, una de las «patas» más importantes sobre las que se asienta esta tecnología, intervino Jesús Daniel Santos, profesor de Física de la Universidad de Oviedo. Santos precisó que «es fundamental el desarrollo de la formación a todos los niveles» e ir introduciendo asignaturas relacionadas con la nanociencia «desde Secundaria». El profesor no escondió que el mundo universitario es consciente de la «desconexión» que existe con el mundo de la empresa. «Ambas partes deberíamos cambiar de mentalidad, pero no estamos tan lejos como se piensa», dijo, para abundar: «Nosotros deberíamos cambiar el horizonte temporal y que el mundo empresarial nos aporte su visión para el diseño de los planes de estudio y sobre los materiales que realmente puedan ser comercializados».

Por su parte, Andrés Muñiz Piniella acudió a la cita para contar su experiencia como investigador en el National Physical Laboratory del Reino Unido, un centro financiado al cincuenta por ciento por el Estado. «Se espera que hagamos dinero», señaló Piniella, «y que las investigaciones se centren en lo que interesa a la sociedad». Además, explicó cómo el laboratorio en el que trabaja acerca a la sociedad lo que allí hacen a través de «jornadas de puertas abiertas para empresas y el público en general. Tenemos la obligación de compartir la ciencia».

David González Fernández aportó su experiencia como coordinador de transferencia tecnológica de Prodintec para afirmar que «la investigación está funcionando, pero falta que la parte privada absorba ese conocimiento y lo traslade al mercado». Y añadió: «Es un problema global, no sólo español. Y en el campo de la nanotecnología se multiplica. Pero es un campo en el que Asturias está bien posicionada».

Ramón Torrecillas, director del CINN (Centro de Investiación en Nanomateriales y Nanotecnología), ofreció una visión de la cuestión desde de la administración. «Asturias apoya el campo de las nanociencias muy por encima de la media. En España la investigación es de calidad, pero los resultados no son transferidos a la industria».