Senda del Cares (Cabrales), A. S. R.

«Todas las obras están vivas, excepto La Espina- Salas». Con estas palabras minimizaba ayer el delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín, en Cabrales, el parón que se observa en las obras del Ministerio de Fomento en la región y el anuncio de recortes presupuestarios para las obras públicas, lo que implicará nuevos retrasos en la culminación de la mayor parte de los tramos de la Autovía del Cantábrico.

Trevín se mantuvo firme en su mensaje de los últimos días: «No hay paralizaciones, sino ralentizaciones», por la «difícil situación económica que estamos atravesando». Puso como ejemplo de que no hay parones el caso del tramo Unquera-Llanes de la Autovía del Cantábrico, pese a que apenas trabaja en la actualidad una veintena de operarios y una docena de máquinas y la obra debería estar lista en el primer semestre de 2011.

El delegado del Gobierno, que asistió en Cabrales a la apertura oficial (la real se produjo hace una semana) de la senda del Cares, también halló justificación para el tramo La Espina-Salas, paralizado por el Ministerio. Aseguró que la causa del parón es que se ha trabajado en los últimos meses «a muy buen ritmo», lo que provocó que se haya consumido ya el presupuesto previsto para todo el año. Trevín lanzó una nueva promesa: las obras de La Espina-Salas se reanudarán el próximo año, con el presupuesto previsto para ese ejercicio.

Las comprobaciones in situ de las obras en marcha demuestran que la paralización de la obra pública es prácticamente total en muchos tramos. Así, en el subtramo Unquera-Pendueles sólo se trabaja en el tajo de Pendueles, donde permanecen media docena de operarios y tres máquinas. Entre Pendueles y Llanes sólo hay obras en el nudo de enlace de L'Arquera, que debió concluir en el verano de 2009.