Bahoto (Langreo),

José Luis SALINAS

Las obras de construcción de la línea eléctrica entre Soto de Ribera y Penagos toman altura. Los trabajos de esta «autopista eléctrica», clave en el desarrollo energético de Asturias, encaran ya su recta final en la zona más complicada del trazado. Para sortear estos obstáculos, Red Eléctrica Española (REE) ha comenzado a utilizar un helicóptero para instalar los últimos cables en las torretas. Carlos García Patiño, delegado regional de REE, anunció ayer durante una visita a las obras en la localidad de Bahoto (Langreo) que la infraestructura estará finalizada durante el primer trimestre del próximo año, y estará operativa a lo largo del segundo después de casi dos años de obras y más de dos décadas de tramitaciones.

El proyecto se encontró, desde que fue planteado, con una fuerte oposición vecinal que obligó a realizar diez variantes al primer trazado, ocho de ellas en Asturias (Oviedo, Nava en dos ocasiones, Cangas de Onís, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Piloña y Siero) y las otras dos en Cantabria. La línea tiene una longitud de 183 kilómetros, 120 de ellos en el Principado, que atraviesan 13 municipios. Las obras, que tienen un coste de unos 102 millones de euros, están completadas a un 80%.

Pedro Goicoechea, técnico de REE, asegura que los últimos trabajos se están realizando ya con la ayuda de un helicóptero, que aunque incluyen algunas maniobras complicadas, permiten adelantar los plazos de ejecución y sortear la complicada orografía. Así, el helicóptero lleva el material hasta el lugar donde se desarrollan las obras y evita la apertura de nuevos accesos rodados.

«Esperamos que el final de esta obra sirva también para impulsar la conexión de Sama a Velilla, que es una actuación fundamental para el sistema eléctrico asturiano y peninsular», señaló el consejero de Industria, Graciano Torre. También destacó que el rechazo de Hidroeléctrica del Cantábrico (HC) a abordar en 2011 la construcción de la central de gas de El Musel no comprometerá el desarrollo de la nueva línea.

Patiño explicó que el futuro de la línea Sama-Velilla está en manos del Ministerio de Medio Ambiente, que es quien debe decidir sobre la declaración de impacto ambiental. «En cuanto se dé luz verde habrá unos diez meses de trámites antes de que comiencen las obras, que podrían extenderse durante unos dos años». Torre insistió en que sin estas infraestructuras Asturias corre riesgo de sufrir un apagón. «Si la subestación de Soto sufre una avería, la región quedaría a oscuras», señaló.