Oviedo / Mieres, J. E. MENCÍA

El congreso extraordinario que reclama el ex ministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos en el PP de Asturias no forma parte de la hoja de ruta prevista por la dirección nacional de los populares. En Génova, sede central del partido, se evita polemizar con Cascos, que este jueves volvió a reclamar la celebración del cónclave pese a que el equipo de Mariano Rajoy ya había rechazado su convocatoria hasta en tres ocasiones. La dirección nacional se mantiene en sus posiciones.

Álvarez-Cascos aseguró el jueves que su exigencia de un congreso extraordinario en Asturias «bajo la fórmula estatutaria de voto directo de todo el censo de militantes», lo que en el PSOE se denominan primarias, se mantiene «vigente». Ésa es la condición previa que pone el ex ministro para optar a ser candidato del PP al Principado. Cascos ya había planteado, sin éxito, esta premisa a la responsable de organización del partido, Ana Mato, el pasado mes de junio.

Cascos persigue el congreso extraordinario para tratar de hacerse con el control del PP en Asturias, algo que le permitiría luego nombrar un nuevo comité electoral y diseñar una candidatura integrada por colaboradores afines. El ex ministro destaca en su argumentación que esta modalidad congresual ya se ha empleado en el PP de Baleares, donde se acudió al voto de todos los afiliados a propuesta del presidente José Ramón Bauzá, que había sustituido a Rosa Estarás tras incorporarse esta al Parlamento europeo. La dirección del PP balear contaba además con casi una decena de sus miembros imputados por corrupción, algo que impulsó a Bauzá a solicitar un congreso extraordinario.

La dirección nacional del PP ya ha explicado que la situación en Asturias es diferente de la que se vivió en Baleares y que en el Principado «no hay nada excepcional» que recomiende la celebración de un cónclave extraordinario en el Partido. Cascos, por su parte, sostiene que cada vez queda menos tiempo para convocar el congreso que ha pedido -«las fechas están venciendo», dijo- y deja claro que esta condición es indispensable para optar a ser cabeza de lista. El congreso extraordinario debe convocarse con treinta días hábiles de antelación, así que si no se procede casi de inmediato, su celebración caería muy encima de las elecciones.

El sector casquista salió ayer al paso de las críticas del PSOE contra el ex ministro de Fomento. Los socialistas acusaron a Cascos de «falsear y adulterar» el pasado por acusar al Gobierno socialista de «prostituir» la alta velocidad. El dirigente del PP de Mieres José Frey, casquista y miembro de la gestora que dirige el diputado Carlos Galcerán, aliado con el sector oficial, señaló que «los socialistas, que siempre rechazaron la alta velocidad, y ahí están las actas del Parlamento nacional con los votos de Álvaro Cuesta, o las del Parlamento regional, con los de diputados como Ana Rosa Migoya y Fernando Lastra, oponiéndose al AVE, vienen ahora con insultos a Cascos, que fue quien logró la obra, quien la proyectó y la aprobó».

Frey afirma que el PSOE «se lanza con toda su verborrea a la crítica contra Cascos para ocultar su incompetencia y sus despilfarros con las obras». Para Frey, las acusaciones de los socialistas a Cascos son idénticas a las que ellos mismos sufren desde numerosos ámbitos sociales «por la paralización de las grandes obras». El casquismo también ataca al sector oficial del PP. «¿Donde están? Su gloria es desprestigiar a Cascos», señala Frey para echarles en cara que no hagan «frente a las mentiras del PSOE». El popular mierense asegura que si Cascos no es finalmente candidato al Principado, «el PP sufrirá un gran volcán de pérdida de votos».

El alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, coincidió ayer con el presidente del PP, Mariano Rajoy, en Zaragoza, donde se celebra la XVII Unión Intermunicipal Popular. Como muestra la imagen, De Lorenzo tuvo oportunidad de departir con Rajoy durante unos minutos, aunque el contenido de la conversación no trascendió. El comité de alcaldes del PP, órgano no permanente del partido, también se reunió ayer en Zaragoza. Los alcaldes populares, con el madrileño Alberto Ruiz-Gallardón a la cabeza, reclamaron un «sistema de financiación» para las administraciones locales acorde con las funciones que habitualmente desempeñan.