Gijón, J. M. C.

Fue el de Vicente Álvarez Areces, todavía presidente del Consejo de Gobierno del Principado de Asturias, un discurso con aroma de despedida el que ayer hizo en el Palacio de Congresos del Recinto Ferial Luis Adaro. De despedida enumerando las últimas obras terminadas o con las obras inauguradas más recientes: la ampliación del puerto El Musel, «la herramienta fundamental para el futuro de Asturias», recalcó, la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (zalia) o el centro cultural Niemeyer, sin dejar en el tintero que desde que llegó a la Presidencia, en 1999, hasta ahora, «hay más de ochenta mil empleos».

Se refirió a Gijón, la ciudad de la que fue alcalde entre 1987 y 1999, para afirmar que durante sus tres mandatos en la Presidencia del Gobierno de Asturias, la inversión fue de 1.145 millones de euros, cifra que le sirvió de acicate para criticar «la esquizofrenia del Partido Popular, que en Oviedo dicen que hay cerco (del Principado) y en Gijón dicen que no llegan inversiones». De esta forma, Álvarez Areces, tras señalar que «no tenemos nada de qué avergonzarnos», opinó que «no se merece Gijón la alternancia política».

Tampoco dejó escapar el presidente del Consejo de Gobierno la oportunidad para referirse a la última polémica con los responsables de la Universidad de Oviedo a propósito de la financiación: «Hemos apoyado a la Universidad; cuando llegamos (a la Presidencia) estaba en quiebra». Y dio un porcentaje: el año que viene la Universidad de Oviedo tendrá un «4,8 por ciento más de presupuesto que en 2010».

Sustituyó en el atril a Álvarez Areces el candidato socialista al Principado y secretario general de la FSA, Javier Fernández, quien dedicó una parte importante de su intervención a criticar a Francisco Álvarez-Cascos, a pesar de que aún se desconoce si el político gijonés del PP será o no el candidato de la derecha en las próximas elecciones autonómicas.

Después de «piropear» a Álvarez Areces, de quien dijo que había demostrado «elegancia, dignidad y lealtad» tras conocer que no repetiría como candidato, alertó Fernández de que lo que está en juego es el Estado de bienestar, «que para la derecha es el causante de la crisis», mientras que tildó a Cascos de pecar de «grandonismo: antes de él no había nada y después, el diluvio».

Terminó el candidato de la FSA alertando a los militantes socialistas de que «los derechos se pueden perder» y de que «no es lo mismo salir de la crisis con la izquierda que con la derecha».