Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Alcalá

Oviedo, J. A. ARDURA

-¿Estamos en la peor crisis que ha vivido España?

-En las últimas décadas, seguro. Históricamente hemos tenido momentos mucho peores y los hemos superado. A finales del siglo XIX, cuando España perdió todas las colonias, la crisis fue infinitamente superior a ésta y salimos. Pero si se toma como punto de partida el año 1960, esta crisis es la peor que hemos sufrido y que nos queda por sufrir.

-¿Entonces no ha tocado fondo en España, como insiste el Gobierno?

-Hasta el propio presidente del Gobierno ha dicho últimamente que tenemos por delante cinco años para volver a la situación de recuperación y normalidad. Los economistas sabemos eso desde hace, por lo menos, dos años. Pero se ha querido ignorar, se ha gastado mucho más, se ha incrementado el déficit público, se ha aumentado la deuda y no se han corregido los desfases del sistema financiero, de bancos y cajas, que ahora están aflorando. En estos momentos, España está tomando decisiones bastante cerca de lo que es correcto, pero todavía no hay brotes verdes, que indicarían que ha llegado la primavera y no ha pasado nada; esto no va a ocurrir.

-No plantea un escenario muy halagüeño.

-La situación en 2011 será un poco mejor que en 2010, ligeramente mejor porque hemos llegado muy abajo. Y mejor, por lo menos, en un sentido: estamos empezando a hacer las cosas que debían haberse hecho.

-¿Se tardó en empezar a hacer los deberes?

-Claro. En 2007 ya se podía reaccionar pero en 2008, cuando estalló la crisis en todo el mundo, aquí todavía estábamos diciendo que España estaba mejor colocada que nadie y que el sistema financiero no tenía ningún problema, etcétera, etcétera. Todos hemos ido por encima de nuestras posibilidades. Lo ha hecho el Gobierno, las autonomías, los ayuntamientos y también las familias, seamos sinceros, se han endeudado más allá de la cuenta sin valorar que la situación podía cambiar. Pero, sobre todo, lo que no hicimos fueron reformas importantes. La productividad de la economía española ha estado en un crecimiento medio del 0,5 por ciento durante seis, siete años, mientras que la media europea estaba en el 1,5 y la norteamericana en el 2,5 por ciento. Ese era un crecimiento muy bajo.

-¿Crisis global o crisis española?

-Aquí hay dos crisis, una es la que vino de fuera y otra la propia. En España crecimos con dos sectores que entraron en crisis, la construcción y el consumo, pero había problemas de fondo, de mayor calado, como el de la productividad, sobre los que no se hizo nada.

-Se habla mucho de la deuda pública, pero la deuda privada es mucho más elevada.

-Claro, la deuda de las familias y, sobre todo, de los bancos y cajas que están ahora en las peores situaciones. Y el mes de abril que nos viene será crucial, con vencimientos de 18.000 o 20.000 millones del Estado, pero 34.000 o 35.000 del sector privado de préstamos internacionales. Esa cifra es muy seria. Es un momento de pico en el que vencen muchos de los préstamos que hicieron los bancos alemanes, holandeses, ingleses y chinos a la banca. Si el problema de España fuera la deuda del Estado sería un problema menor porque no es el país más endeudado de Europa. Lo que se hizo mal fue que, en lugar de restringir, cuando empezó la crisis se gastó demasiado.

-¿La crisis obliga a replantearse el gasto de las tres administraciones y el estado autonómico?

-Hay que racionalizar la Administración pública. Se habla de muchas reformas pero ésta es una de las más importantes y de la que no se habla porque los políticos tienen poco interés en que se haga. Yo creo en las autonomías, pero hace falta un debate sobre la distribución de competencias y no duplicidad de funciones. No puede haber cuatro representantes del turismo en Fitur con distintos nombres.

-En Asturias la sanidad ya cuesta cerca del 38 ciento del presupuesto regional. ¿Es sostenible en una coyuntura de caída de ingresos como la actual?

-Para la sanidad tiene que haber dinero porque es un servicio inmediato y está en el bienestar de los ciudadanos. Pero deben revisarse los gastos superfluos y las inversiones que tienen poco sentido.

-¿Por ejemplo?

-Mire, un kilómetro de AVE sale por una media de 17,5 millones de euros. Cinco kilómetros de AVE dan para hacer un hospital para una población de cien mil habitantes y un kilómetro de alta velocidad da para construir entre tres y cuatro escuelas de 400 niños. Y sin embargo, estamos haciendo AVEs en todas direcciones que van a ser una fuente de pérdidas continuadas. Es como si uno generara nuevas Hunosas o nuevas televisiones autonómicas.

-¿Por qué?

-Para que una línea sea rentable en una distancia de 500 kilómetros precisa un uso de 21 millones de viajeros al año. Ninguna línea en España llega a esa cifra, ni Madrid-Barcelona. Se puede imaginar cuánto tiempo va a pasar hasta que entre Madrid y Santander haya 21 millones de viajeros al año. No los habrá nunca, por lo tanto no va a ser rentable nunca. Estaríamos tirando el dinero. En este país hace falta analizar los costes y beneficios de todas las inversiones, una por una.

Perfil: Un destacado experto

Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Alcalá de Henares, es uno de los mayores expertos nacionales en Economía Regional. También es director fundador del Instituto de Análisis Económico y Social (Servilab) y presidente del Consejo Consultivo de Privatizaciones, cargo para el que fue nombrado por el anterior vicepresidente económico, Pedro Solbes. Durante nueve años impartió clases en la Universidad de Málaga, donde impulsó la publicación de dos revistas científicas: la «Revista de Estudios Regionales» y «Cuadernos de Ciencias Económicas y Empresariales», así como en la Universidad de Barcelona. También ha sido «visiting professor» en Berkeley (USA).