Magistrada cofundadora de Jueces para la Democracia

Oviedo, Pablo GONZÁLEZ

La juez Manuela Carmena Castrillo (Madrid, 8 de febrero de 1943) pasó por Oviedo para ofrecer una ponencia sobre «Las mujeres y la Justicia en la España contemporánea». Carmena es una de las pocas magistradas que participaron en la fundación de la asociación Jueces para la Democracia. Su último destino antes de jubilarse el pasado mes de enero fue la sala 17 de la Audiencia Provincial de Madrid.

-¿Se ha conseguido en la Justicia alcanzar la igualdad entre el hombre y la mujer que no se ha conseguido en otros campos?

-Sí, aunque sigue habiendo en algunos aspectos, como es la designación de los cargos, una resistencia a que lleguen las mujeres.

-¿Por qué?

-Por muchas razones. Una de ellas es biológica, ya que el acceso a los altos cargos tiene que ver mucho con la antigüedad. Y también porque las mujeres tienen cierto desinterés por la promoción porque tienen otros objetivos, como la conciliación de la vida familiar.

-¿Sólo eso?

-En el Consejo General del Poder Judicial no se tiene muy en cuenta la ley de la Igualdad. No es que se esté haciendo una interpretación de espaldas a la ley, pero tampoco se está haciendo de una manera muy entusiasta.

-Garzón ha sido imputado por escuchas ilegales en el «caso Gürtel» cuando los implicados todavía no han sido juzgados.

-Es una conclusión negativa a la que se llega y es normal que la sociedad lo critique porque es algo poco clarificador. La pregunta es ¿por qué tarda tanto en juzgarse un caso como «Gürtel»? Pues porque se sigue con la idea de hacer juicios muy grandes, que tardan muchísimo. Quizá habría que fragmentarlos para conseguir que se celebraran de una forma rápida. Lo que no es razonable es que ahora Garzón sea acusado de prevaricación por permitir unas escuchas telefónicas que luego han sido anuladas. En mis últimos años anulé infinidad de intervenciones telefónicas, pero no se dedujo de esto que se había cometido un delito de prevaricación.

-¿Hay una persecución contra Garzón por ser un juez estrella?

-Sólo digo que sorprende profundamente su situación. Y sí, por lo que sea, es una persona que ha creado muchas aristas y es posible que se le esté enjuiciando de una manera que no se ha utilizado con otros magistrados.

-¿Qué le parecen las reformas judiciales que están en marcha?

-Sería estupendo que dieran el resultado pretendido. Pero me suscita grandes dudas que se ensayen unas reformas tan descomunales cuando aún no se ha abordado algo más importante: un cambio de cultura en el procedimiento. Antes de informatizar el procedimiento hay que simplificarlo y convertirlo en otra cosa, aunque sea cambiando la cultura judicial.

-El Poder Judicial quiere poner coto al secreto de sumario.

-Soy partidaria de estudiar el por qué somos tan ineficaces en la instrucción de los sumarios. Los sumarios hay que investigarlos en un tiempo prudencial, aunque seguramente habrá algunos que necesiten más de un año. Lo principal es que no hay que perder tiempo, y en las instrucciones muchas veces se pierde en cuestiones que indican de forma clara que no se sabe lo que se busca o cómo hay que buscarlo. A veces en la instrucción falta planteamiento y ejecución.

-Las defensas de la «operación Marea» han logrado que se traslade el caso de Gijón a Oviedo. ¿Depende la Justicia del lugar donde se dicte?

-Da muy mala imagen. El juez natural es aquel donde se cometió el delito. Todo lo que sea pretensiones de cambios no deben producirse. Y si se piden, y no se explica el porqué, da que pensar. En este caso no sé lo que hay detrás.

-¿Quizá sea porque hay jueces menos «problemáticos?

-Sí, es verdad. Todos sabemos que la manera de interpretar la Justicia es distinta y que en ciertos casos los abogados prefieren que un caso caiga en manos de un determinado juez.