Oviedo, M. GANCEDO

El camionero búlgaro Lubo Georgiev, empleado de una empresa asturiana de transportes, ha ganado el pulso que mantenía con la Guardia Civil desde el pasado 19 de mayo. Ese día fue multado a la salida del peaje de San Rafael, en la autopista AP-6, poco antes del túnel del Guadarrama. La báscula portátil de la Benemérita indicó que circulaba con un exceso de carga sobre lo permitido, lo que le supondría un multa de 4.600 euros. Georgiev aseguró que la báscula tenía un error, se negó a pagar la sanción y prometió que no se movería de allí hasta que se le diera la razón. Ayer lo consiguió: un juez dictaminó que las básculas móviles utilizadas por los agentes de Tráfico presentan importantes errores en la medición en perjuicio de los transportistas.

Eleuterio Meana, jefe de la empresa de transportes en la que trabaja Lubo Georgiev, a quien se definió como «un hombre pegado a un camión», siente la satisfacción de haber demostrado «la verdad», que lo ha tenido retenido viviendo en su camión desde el pasado 19 de mayo, en un arcén de la autopista. Ahora este transportista disfruta de un mes de vacaciones, en el que aprovechará para estar con su familia en su país natal.

Estos casi dos meses no han sido nada fáciles ni para él ni para su compañero, otro transportista de Ciudad Real, que ahora también goza de un merecido descanso. Según el abogado del empresario Meana, durante este tiempo ambos profesionales vivieron «bajo condiciones que vulneraban los derechos humanos». .

La empresa aún no ha evaluado las pérdidas reales que les haya podido provocar la retención de ambos vehículos, uno de ellos con leche, la cual estaba valorada en 15.000 euros y, que, evidentemente, se ha echado a perder. En todo momento, tanto la empresa como la asociación a la que pertenece, Cesintra, intentaron que los transportistas se encontraran en las mejores condiciones posibles. No se les retiró el salario y les respaldaron en su singular lucha por demostrar que la báscula no estaba bien calibrada.

La primera medición calibraba un peso el doble de lo permitido en el camión conducido por este transportista búlgaro, dato «descabellado» como explicó el jurista encargado del caso, ya que las cisternas tienen una capacidad máxima y en ningún momento podrían soportar el peso marcado durante ese control. Además, la patronal de transportistas Fenadismer solicitará al Ministerio de Fomento que se prohíba la utilización de básculas móviles en carretera y que se revisen todos los expedientes sancionadores a transportistas en los que se ha utilizado dicho instrumento.