Oviedo, María José IGLESIAS

La Iglesia asturiana quiere prestar una atención especial a las personas que se sienten más excluidas de la comunidad eclesial, como divorciados, separados y homosexuales y acoger a quienes estén en situación de riesgo de exclusión social como los inmigrantes, las mujeres maltratadas o las familias con escasos recursos económicos. Para ello, asegura la Iglesia, deben intensificar la formación doctrinal en las parroquias. Así quedó ayer de relieve en la segunda ponencia del Sínodo que se celebra en el Seminario de Oviedo, titulada «Familia y vida: ámbito del caos y de la esperanza», cuyo relator fue Alberto Reigada, vicario episcopal de Oviedo-Centro. A la sesión asistieron 183 sinodales -sacerdotes y laicos- de los 219 convocados con derecho a voz y voto.

Los divorciados vueltos a casar civilmente no pueden recibir la comunión, pero no están apartados de la Iglesia, ni mucho menos excomulgados, tal y como resaltaron ayer fuentes eclesiales. El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, que preside la sesiones sinodales, señaló que «los que componemos esta magna asamblea cristiana y eclesial representamos a nuestros hermanos diseminados en la geografía diocesana».

El prelado añadió que «se impone recuperar a Dios, ya que las múltiples manifestaciones de la crisis económica, social, moral y religiosa que se vive tienen una razón última: la ausencia de Dios». El prelado explicó que las aportaciones realizadas por los sinodales serán valoradas para su inclusión en la votación de cada propuesta final. Otro planteamiento se centró en la necesidad de sensibilizar a los fieles, desde las parroquias, sobre el valor y la defensa de la vida desde su inicio hasta su fin natural.

También se animó a participar en actos como la jornada en defensa de la vida y dando el valor que se merece a la etapa final y a la figura de los abuelos. Asimismo, se hizo hincapié en la necesidad de unificar los criterios en las parroquias y desarrollar el Centro de Orientación Familiar (COF), para que sea un centro de referencia para asuntos relacionados con la educación, apoyo y soporte a las familias y a los jóvenes. Los participantes en la asamblea, cuyo lema es «Tiempo de escucharnos», han sido elegidos por el Arzobispo en función de su pertenencia a consejos pastorales y organismos de la diócesis. La tercera ponencia, «La caridad: los rostros de la pobreza», será pronunciada el próximo sábado por Adolfo Rivas, director de Cáritas Diocesana.