La Administración regional toma curiosas decisiones. Imagínense ustedes que, por necesidades laborales e interés personal, se matriculan en un curso de idiomas. Al término del curso, sus profesores les entregarán un pomposo diploma -si es de inglés, lleno de sellos y lazos, que en la pérfida Albión son muy pomposos- que dirá, en el idioma que tanto esfuerzo les ha costado dominar, que ustedes saben defenderse en él. Pues bien, en la Administración del Principado la cosa no funciona igual. Si al inicio de la legislatura el Gobierno, en sus circulares a los colegios, recuperaba el masculino genérico, ahora la Consejería de Cultura y Deporte ha decidido expedir los diplomas de sus cursos de Asturiano no utilizando la llingua, sino el castellano.

En los certificados de la Dirección General de Política Lingüística -pensábamos que su principal preocupación era el Asturiano, pero se ve que no-, el diploma que certifica que los alumnos han superado el curso de formación titulado «Falar y más falar» están escritos en la lengua de Cervantes. Parece que, en vez de promovidos por el Consejo de Comunidades Asturianas y el Gobierno de Asturias -el consejero, Emilio Marcos Vallaure, ha utilizado la llingua en algunos discursos-, los cursos de Asturiano los imparta una academia de Valladolid. «Cosas veredes, Sancho», dijo aquél.