Oviedo, Félix VALLINA

El antiguo convento de las Desamparadas de Valencia fue el lugar escogido por muchas familias españolas para «esconder» el embarazo de sus hijas solteras y evitar el «qué dirán» en una época en la que tener descendencia fuera del matrimonio generaba rechazo social y en la que los abortos ni siquiera se planteaban. Al menos eso es lo que sostiene un colectivo de personas nacidas allí entre los años 1955 y 1987, que aseguran haber sido separados de sus madres biológicas para ser entregadas a matrimonios previamente concertados y afirman tener los suficientes indicios como para defender que la mayoría de esas madres se encuentran en el norte de España y que buena parte de ellas podrían vivir aún en Asturias. Los afectados, que se pusieron en contacto por internet tras haber iniciado una frenética búsqueda por separado y se han unido para constituir la plataforma «Mamá, te busco», no piensan parar hasta encontrarlas y han puesto su punto de mira en el Principado.

«La mayoría eran mujeres de unos 20 años que iban a ocultar el parto y que pasaban allí entre tres y siete meses para que cuando volvieran a casa no se notase nada. Sus bebés eran entregados a otras familias cuando apenas habían pasado tres o cuatro horas desde el nacimiento, a veces hasta envueltos en una simple toalla», asegura Mercedes A. V., portavoz de un colectivo que ya engloba a 25 personas y que asegura que en España podría haber «al menos otras 300» en su misma situación. «El convento de las Desamparadas fue conocido años después como el Santo Celo, y está situado en la calle Jesús. Actualmente es una escuela de enfermería», recordó la portavoz del grupo de afectados, «por si a alguna le suena la dirección o se acuerda de algo».

Mercedes, que prefiere no hacer públicos sus apellidos, calcula que la casa convento acogió a lo largo de más de treinta años a cientos de jóvenes «de clase media alta» que procedían «de Asturias y de otros muchos lugares, porque tenemos pruebas de que también las había de Galicia, Santander, el País Vasco, Pamplona, Sevilla o Córdoba», explicó la portavoz del grupo de afectados, que añadió: «Nuestra investigación nos lleva, sobre todo, a ciudades como Oviedo o Gijón, aunque nuestras madres podrían encontrarse en cualquier otro municipio de Asturias».

Las sospechas del colectivo no son infundadas. A lo largo de los últimos años las personas que sospechaban que habían sido abandonadas han recopilado información procedente de varios matrimonios que acogieron a niños en adopción, de algunas madres biológicas a las que ya han encontrado -al menos tres- e incluso de algunas monjas que estuvieron en su día en el convento, dirigido entonces por las Mercedarias de la Caridad, y que «han reconocido los hechos», señaló Mercedes A. V. «Tenemos constancia de que muchas de nuestras madres pertenecían a familias "de bien", con padres allegados a la política, militares o médicos. Eso sí, todas ellas estaban muy ligadas a la Iglesia», subrayó la portavoz de las personas afectadas.

Además, muchos de ellos conocieron su origen a través de las propias familias adoptivas. Los nacidos hasta el año 1971 aparecen en los registros «como hijos biológicos» de los matrimonios que los acogieron, aunque muchas cosas no les cuadraban y al ir haciéndose mayores comenzaron a hacerse preguntas. «Nuestros padres eran muy mayores, hay casos de mujeres que nos recibieron cuando tenían 53 años. Además, casi ninguno nos parecemos físicamente a ellos», aseguró Mercedes, que explicó: «Algunos padres también revelaron la verdad a sus hijos, pero la mayoría lo hicieron en el lecho de muerte para aplacar el sentimiento de culpa por haberse callado durante tantos años».

«Oscurantismo»

Las personas afectadas sostienen que a partir del año 1971 los partos dejaron de producirse en el citado convento para trasladarse a la clínica privada Virgen del Consuelo, que aún funciona en Valencia. «A partir de ahí ya hay papeles de adopción. Tenían allí una habitación siempre reservada en la que las chicas acudían a dar a luz, pero todo en un ambiente de oscurantismo y de máximo secreto», subrayó Mercedes A. V. La portavoz del colectivo asegura, además, que también hay madres que se han puesto en contacto con ellos para tratar de encontrar a sus hijos. «Una lleva 42 años intentándolo, porque asegura que su padre la obligó a hacerlo y que desde aquel día no puede vivir tranquila», afirmó Mercedes. La plataforma «Mamá, te busco» -hasta ahora formada en su mayoría por personas de la zona de Valencia- confía en que la publicación de su historia tenga el efecto deseado, que no es otro que el de «poder tener la oportunidad de conocer a nuestras madres verdaderas», aseguró la portavoz. Para ponerse en contacto con el colectivo, los interesados pueden dirigirse al correo electrónico «miunicaesperanzaerestu@gmail.com» o llamar a los siguientes números de teléfono: 962268447 y 633413565.