Pola de Siero, M. N. M.

El temporal en el concejo de Siero no hizo otra cosa que poner de manifiesto, aunque con mayor intensidad de la deseada, los problemas que ya existían en el municipio.

Porque los principales daños y desbordamientos se produjeron en zonas que es muy habitual que sucedan. Una de ellas, el santuario de la Virgen de la Cabeza, en Meres, una zona de vega muy baja respecto al nivel del agua del río donde son habituales los desbordamientos, y donde todos los años el río invade las fincas en varias ocasiones.

Menos habituales eran las inundaciones que se produjeron entre Tiñana y Colloto. A lo largo de todo el recorrido del río se podían ver numerosas fincas inundadas en ambas márgenes, pero se trataba siempre de zonas de vega, en las que no había construidas viviendas, con lo que apenas hubo que lamentar daños materiales importantes.

La única casa afectada, en Santa Marina, ya lo había estado en varias ocasiones desde que, hace tres años, comenzaron las obras del enlace de la AS-17 que estrecharon el cauce del río. Esta vez fue lo mismo, pero con más saña, al igual que en Venta de Soto, donde se volvió a desbordar el río Negro hasta invadir la carretera.