Oviedo, Ana P. PAREDES / Elena VÉLEZ

La crecida del río Trubia a su paso por la localidad del mismo nombre provocó que aproximadamente a la una y media de la madrugada de ayer rompiese la pilastra de un puente que une el barrio de La Riera, causando su hundimiento. Gonzalo Pello, uno de los vecinos de esta localidad, señaló que durante la noche «sentimos un ruido bastante fuerte, pero no supimos realmente lo que había pasado hasta primeras horas de hoy, hasta que vimos el puente roto». El aumento del caudal del río, que bajaba con gran fuerza, acabó cercenando uno de los pilares al tiempo que cortó la tubería que suministraba el agua potable a la otra orilla del barrio trubieco. Numerosos vecinos de la zona contemplaban ayer con asombro lo sucedido. El barrio no quedó incomunicado ya que cuenta con otros accesos.

La principal preocupación de los servicios municipales fue abastecer de agua potable a los vecinos de la otra orilla del río Trubia, en La Riera, para lo cual un operario abasteció de urgencia al vecindario con una cuba de 6.000 litros de agua mientras se realizaba la reparación del suministro. Los técnicos instalaron una tubería de plástico asegurada mediante un cable de tensión, para sustituir, de forma temporal, el conducto averiado. El suministro pudo restablecerse a lo largo de la mañana. Según señaló el jefe del Servicio municipal de Aguas y Saneamiento del Ayuntamiento de Oviedo, Gregorio Abril, «la tubería de plástico es perfectamente segura y aguanta la presión interna, pero debemos tener claro que es una medida provisional». La sustitución definitiva de la tubería de La Riera se llevará a cabo al mismo tiempo que la reconstrucción del puente, aunque no señaló una fecha concreta. El alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, visitó la zona a las once menos cuarto de la mañana.

Los vecinos de Trubia que, por ambos lados del río, se asomaban a comprobar su caudal y la fuerza con la que ayer bajaba, se mostraban de acuerdo en que la desaparición el pasado mes de junio de la presa del Machón, una de sus principales reivindicaciones en los últimos años, había servido para «evitar tragedias mayores». Así recordaban la riada de hace casi dos años, también en junio, cuando tras varios días de intensa lluvia la capacidad de contención del Machón no dio para más, desbordándose el agua y anegando los bloques de viviendas del grupo Coronel Baeza, a pie de río. Por aquel entonces, más de 80 familias tuvieron que ser evacuadas por los servicios de Protección Civil, además de sufrir cuantiosas pérdidas materiales.

Clara Tuñón, cuya vivienda se encuentra en la zona a pie de río, vivía ayer con extrema preocupación y angustia cómo las aguas del Trubia iban ganando terreno a su vivienda tras haber anegado, durante la mañana, las fincas, el jardín y parte de la zona trasera de su hogar. Aunque a primera hora de la tarde parecía que el incremento del caudal del río se había detenido, miembros de Protección Civil colocaron sacos de contención para evitar el avance del agua al interior de la vivienda. «A esto hay que ponerle solución ya. De nada nos vale que los políticos nos visiten ahora, las soluciones se necesitan antes de las consecuencias. Aquí toda la vida hubo riadas, pero sin llegar a situaciones como ésta. Ya sé que con lo de la crisis no hay dinero, pero algo tendrán que hacer», decía afectada esta vecina.