Candidato del PSOE a la Presidencia del Principado

Gijón, J. E. MENCÍA

Javier Fernández habla con LA NUEVA ESPAÑA sólo unas horas después de que el comité regional del PSOE aprobara su candidatura al Principado, una lista con nueve caras nuevas. Se atreve con todo, incluso revela que recibió una cesta de Navidad de Igrafo, una de las empresas de «Marea».

-Rubalcaba dijo el otro día en el comité regional que usted se considera un tímido en reconversión. La tercera campaña electoral en diez meses no parece el mejor escenario para un tímido.

-Creo que ya culminé la reconversión, me encuentro más cómodo. La política es inseparable de lo mediático y de la proximidad al ciudadano. Hay que adaptarse sin renunciar a la personalidad. Uno acaba acostumbrándose. Ahora no me parece un esfuerzo, aunque, eso sí, tengo claro que el día que abandone la política no la voy a echar de menos. (Se ríe).

-Dicen algunos de sus compañeros que está hecho de otra pasta, que no es el típico animal político.

-En eso de animal político lo importante es ver qué predomina, si lo de animal o lo de político. (Bromea). En serio, hay que buscar que esos dos rasgos estén equilibrados.

-Varios de sus familiares, su padre, su abuelo, sus tíos, sufrieron en sus carnes la represión franquista, fueron fusilados o pasaron por campos de trabajo. ¿Por qué nunca habla de ello? Otros líderes políticos lo han exhibido.

-No le reprocho nada a nadie, cada uno tiene su forma de entender la política, pero yo considero que eso pertenece al ámbito familiar y no creo que deba agitarlo en público. Eso sí, por supuesto, me siento muy orgulloso de mi familia.

-Se le ve con más fuerza y ganas que en mayo...

-Vivimos un momento trascendental. Asturias está en una situación crítica, en la crisis más dura que se recuerda y con unas empresas que no tienen siquiera un interlocutor político al que dirigirse. Entonces, simplemente proyecto mi convencimiento de que la única solución que existe para esa situación es un Gobierno socialista.

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