Rector electo de la Universidad de Oviedo

Oviedo, Eloy MÉNDEZ

El rector electo con más apoyo de la historia reciente de la Universidad de Oviedo llegó ayer a su despacho a las ocho y veinte de la mañana, como ha hecho casi a diario durante los últimos cuatro años. Y no habría variado ni un ápice su agenda de no ser por las decenas de llamadas de felicitación que recibió durante toda la mañana. Así es Vicente Gotor, enemigo de estridencias incluso horas después de su reelección tras superar en los comicios académicos del jueves a la catedrática Paz Andrés, con el 66 por ciento del voto ponderado.

-¿Ya ha asimilado el éxito?

-Teníamos esperanzas de revalidar la victoria de hace cuatro años, pero veíamos difícil de superar el techo de 2008 por el lógico desgaste de la acción de gobierno. Lo hemos conseguido y eso me da tranquilidad para seguir trabajando como hasta ahora.

-Durante la campaña vaticinó que perdería apoyos por ese supuesto desgaste. Se equivocó.

-Sí, así es. Por eso le concedo mayor valor a la victoria si cabe, porque llega después de un mandato durante el que se llevó a cabo la fusión de centros y tuvimos que hacer la adaptación al «plan Bolonia». Hubo quien quiso darle a los estudiantes un mensaje negativo sobre todos estos procesos, pero lo hemos superado. Por una parte, esto me provoca una gran satisfacción y, por otra, una gran responsabilidad para seguir mejorando.

-Ganó por goleada en los cuatro grupos (personal docente, profesores sin plaza fija, alumnos y personal administrativo) que votaban por separado. ¿Qué resultado le sorprendió más?

-Indudablemente, el sector que más gratamente me sorprendió fue el del profesorado, sin menospreciar al personal de servicios. Me dieron un apoyo masivo.

-¿Por qué?

-Porque, históricamente, el profesorado en la Universidad siempre se divide casi a partes iguales. Nosotros conseguimos un setenta por ciento, que es una cifra elevadísima.

-¿A qué atribuye semejante respaldo?

-Los profesores y el personal administrativo y de servicios (PAS) creo que han valorado especialmente que tuviéramos cuatro años tranquilos, sin crispación y durante los que se han intentado hacer las cosas bien. Estos dos sectores captan todo esto con mucha más facilidad que los estudiantes, que en muchos casos ni siquiera saben si pueden o no votar e, incluso, desconocen el nombre del rector.

-Su empeño en estabilizar la plantilla ha tenido recompensa.

-Sí. Hemos ejecutado la promoción de 108 catedráticos, la estabilización de 135 titularidades, iniciamos un proceso para rejuvenecer la plantilla, que por desgracia se está quedando corto debido a las limitaciones presupuestarias. Creo que todo esto ha calado. Por otra parte, el PAS ha visto cumplido el mandato del acuerdo 2005-2010 y hemos firmado un nuevo convenio, además de convocar muchísimas plazas para interinos y empezar a desarrollar la carrera profesional.

-Por centros, Química, su Facultad, se volcó de nuevo con usted. No lo olvidan.

-Sí, se volvió a volcar. Esta vez algo menos que hace cuatro años, porque también hay menos alumnos y porque también me conocen menos, ya que ahora sólo doy clase un semestre y antes daba dos asignaturas completas.

-¿Por qué no dio muestras de alegría tras conocer el resultado?

-Soy muy respetuoso y no quise manifestar mucho júbilo delante de la candidata porque ella lo debía de estar pasando mal. Procuré estar serio y que, desde luego, no hubiera el más mínimo atisbo de humillación ni nada parecido. Todo lo contrario, quise expresar mi respeto a la candidata.

-¿Qué le pareció que Paz Andrés abandonara el Aula Magna cuando usted comenzó su discurso?

-Yo no me hubiera ido. Sé que ella estaba pasando un mal rato, pero creo que tenía que haber aguantado el tipo. Pero cada uno toma sus decisiones.

-Su rival anunció también su retirada de la política universitaria. ¿Le alegra?

-Otros llegarán, como ella mismo dijo. Lo que espero es que, sean quienes sean mis opositores, hagan un trabajo constructivo. Tampoco me gusta que me digan a todo que «sí». Yo quiero espíritu crítico y así se lo hice saber a mi equipo rectoral cuando llegué al cargo.

-¿Cuál será la primera decisión de su segundo mandato?

-Esta mañana (por la de ayer) he estado hablando con la vicerrectora de Ordenación Académica para que empezara a elaborar los planes docentes que habíamos parado por las elecciones. Ése es el tema principal que hay que abordar de manera inmediata.

-¿Ha recibido muchas felicitaciones institucionales?

-Me llamó el presidente del Principado (Francisco Álvarez-Cascos), la candidata del PP a la Presidencia del Gobierno regional (Mercedes Fernández), la consejera de Educación (Ana Isabel Álvarez), el presidente de la Junta General del Principado (Fernando Goñi), el consejero de Hacienda (Ramón del Riego) y los alcaldes de Oviedo, Gijón y Mieres, los tres concejos con campus universitarios (Agustín Iglesias Caunedo, Carmen Moriyón y Aníbal Vázquez, respectivamente), además de muchos otros representantes sociales, como el presidente de la patronal FADE (Severino García Vigón).

-Nueva etapa, viejos problemas. Queda por completar el «plan Bolonia».

-Sí, me preocupa especialmente el cambio de másteres. Una Universidad, a partir de ahora, medirá su nivel por la calidad de los másteres. Los másteres deben tener calidad y no hace falta cantidad. Deben cumplir con la internacionalización, la profesionalización y, a ser posible, deben ser interdisciplinares.

-También urge finalizar la organización de las plantillas docente y no docente.

-Sí. Continuaré con la promoción y la estabilización tanto del PDI como del PAS y con la internacionalización, es decir, con la puesta en marcha de grados bilingües y dobles titulaciones con universidades extranjeras. También potenciaré la investigación con más apoyo a la Oficina de Proyectos Europeos y con ayudas a gestores para proyectos nacionales.

-¿Ha decidido ya quién formará parte del nuevo equipo rectoral?

-Poco voy a cambiar, porque los que hay ahora han trabajado muy bien.

-Otro reto es revalidar el sello del Campus de Excelencia en 2015. ¿Será posible con tanto recorte?

-Lucharemos por fijar el sello para 2015 y, para eso, es necesario ir estableciendo objetivos. De todas formas, a día de hoy existe demasiada incertidumbre sobre lo que va a hacer el Ministerio en torno a los Campus de Excelencia. Lo importante es que el Ministerio se comprometa a sacar más subvenciones, porque es muy probable que las comunidades autónomas no quieren hacerse cargo de los préstamos.

-Al no poder optar a otra reelección, algunos pronostican menos diálogo para estos cuatro años.

-Voy a ser fiel a mi estilo, voy a intentar integrar y seguiré trabajando como hasta ahora. Me concentraré plenamente en el Rectorado.

-¿Fue el jueves el día más feliz de su carrera académica?

-No. El día más feliz de mi vida académica fue el 26 de noviembre de 2009 cuando nos dieron el Campus de Excelencia Internacional. Aquel día me emocioné, no tengo rubor en confesarlo.

-¿Qué le pide al nuevo mandato?

-Vivir como hasta ahora, con tranquilidad y sin crispación. Y, a ser posible, disponer de más dinero.