Francisco Álvarez-Cascos, líder de Foro, dijo ayer al término de su segunda reunión poselectoral con la máxima dirigente del Partido Popular en la región, Mercedes Fernández, que «la alternativa de cambio en Asturias pasa por un acuerdo PP-Foro». Albricias. Resulta que el ex general secretario de los populares, que con 16 diputados fue incapaz de tejer acuerdo alguno con sus antiguos compañeros de filas, que tenían diez, anhela ahora el entendimiento sin mayoría absoluta de la derecha y con cuatro escaños menos que hace sólo diez meses, confirmados ya por la Junta Electoral Central. Y, lo más chocante, afirma que el cambio en el Principado no es posible sin el PP.

La cosa tendría su gracia si Asturias no estuviera como está, paralizada desde hace casi un año, con casi 100.000 desempleados y con unas cuentas un poco más deterioradas cada día que pasa sin que nadie le ponga remedio. Tendría su gracia porque quien divulgó a los cuatro vientos un supuesto pacto entre el PP y el PSOE para repartirse el poder en Asturias, con la anuencia de este periódico, pacto que habría sido, además, el causante de cuantos males nos aquejan, es quien ahora sostiene sin rubor que la alternativa de cambio requiere de un acuerdo entre Foro y el PP.

En qué quedamos, señor Cascos. ¿Es el PP el aliado en la sombra del PSOE, con la complicidad de organizaciones empresariales, sindicatos, entidades financieras, etc., como dijo tantas veces, o es un partido de centro-derecha con el que cree que puede llegar a acuerdos sin mayor problema, incluso después de una campaña de descalificaciones continuas hacia las siglas y las personas con las que ahora se ve obligado a sentarse a la mesa?

Convendría que el líder de Foro lo aclarase cuanto antes para que las negociaciones no resulten un capítulo más de la farsa que interpreta desde que dio portazo a su antiguo partido y, lo que es peor, una nueva pérdida de tiempo para el conjunto de los asturianos.

Cuando Cascos llegó al Gobierno el déficit del Principado era del 1,37 por ciento, apenas 300 millones de euros. A 31 de diciembre se había disparado hasta el 3,64 por ciento, 845 millones, y desde entonces el «agujero» no ha dejado de crecer porque nada se ha hecho para evitarlo.

Cascos se presentó ante los electores como el único capaz de levantar la voz ante las directrices emanadas de Madrid, donde tienen su sede central todos los demás partidos, pero es también el único que no ha evaluado todavía los ajustes presupuestarios de Mariano Rajoy desde el punto de vista de los intereses generales de la región de la que aún es presidente en funciones. ¿Porque los suscribe o por no obstaculizar sus conversaciones con el PP de Asturias?

En qué quedamos, señor Cascos. Primero denunció la podredumbre del PP, compinchado con el PSOE, y ahora asegura tener elevadas coincidencias de programa con los populares. Demasiadas mentiras y contradicciones como para tomarlo en serio, además de una falta de respeto hacia quienes, con su mejor intención, votaron a Foro.