Oviedo, María José IGLESIAS

Cristina Elisabet Fernández Wilhelm (La Plata, Buenos Aires, 1953), la presidenta de Argentina, viuda de Ernesto Kirchner, que acaba de expropiar la parte de la petrolera YPF perteneciente a Repsol, lleva sangre asturiana en sus venas. La «Evita» del siglo XXI, según sus adoradores que la llaman CFK por compararla con John Fitzgerald Kennedy (JKF), es nieta de Amparo Fernández, emigrada en 1923 a la Argentina desde el occidente asturiano, con probabilidad de Vegadeo, según señalan parientes de la presidenta que viven en el municipio lucense de Fonsagrada, limítrofe con Asturias. Las vinculaciones asturianas de la dama que ha resucitado el culto a Eva Duarte de Perón no acaban en esta abuela. Entre las antepasadas de su bisabuela paterna, la gallega María Isabel Gómez, hay ascendencia de Grandas de Salime y los Oscos. También es de Vegadeo el marido de Rosalía Fernández, otra prima de la presidenta que vive en Argentina.

Cristina Kirchner presumió de sus ancestros astures en público en febrero de 2009 en la cena de gala que le ofrecieron en Madrid los Reyes con motivo de su primera visita oficial a España. Fernández, que llegó 40 minutos tarde al Palacio Real, abrió su discurso diciendo que tres de sus abuelos eran españoles, dos de ellos asturianos. Emocionada cuando fue condecorada por el Rey, aseguró «me hubiera gustado esta noche ver sus caras. Se hubieran frotado los ojos y no lo hubieran podido creer».

También se refirió a su abuela asturiana en un discurso: «Me acuerdo de mi abuela, una vieja asturiana inmigrante que vino como todos, con una mano atrás y la otra delante, a construir su vida en este país y siempre decía que es de bien nacido ser agradecido». En realidad, aunque ella atribuye origen asturiano a dos de sus abuelos, la de pura cepa astur conocida era su abuela paterna, Amparo Fernández, la vieja emigrante a la que ella se refiere. Su abuelo, Pascasio Fernández, nacido en 1862, era de Fonsagrada, municipio lucense que llegó a estar vinculado a la región hasta 1834.

El fundador de la dinastía Fernández en el nuevo continente nació en la aldea de Mazaeda donde aún viven dos primos segundos, Manuel y Óscar Fernández, que ayer confirmó a LA NUEVA ESPAÑA los orígenes de la presidenta, propietaria en el municipio de parte de un monte heredado. El pariente de la viuda de Kirchner cree que Amparo Fernández, que se casó con Pascasio en Buenos Aires, era oriunda de un pueblo de A Veiga (Vegadeo). De ese matrimonio nació Eduardo Fernández, el padre de Cristina, muerto de cáncer en 1982, del que ella no habla apenas. Eduardo Fernández era chófer de autobús y llegó a tener una pequeña compañía de transporte, pero «El Colorado», como le llamaban, nunca se llevó bien ni con su primogénita ni con su mujer, Ofelia Wilhelm, que quedó embarazada de la futura presidenta cuando aún no estaban casados. Lo hicieron cuando ella tenía dos años y posteriormente se divorciaron.

Óscar Fernández defendía ayer la actuación de su prima en el caso Repsol. «Está para defender los intereses de su país», indicó. También mencionó la ayuda que Argentina prestó a España hace décadas. «Somos dos países que estamos condenados a entendernos, como gallegos y asturianos, primos hermanos», comentó. Cristina Kirchner, abogada y política, nació siete meses después de la muerte de su admirada Evita. Dos años más tarde, Eduardo Fernández y Ofelia Giselle Wilhelm, hija de alemán y española, tuvieron a su segunda hija, la médico Giselle Fernández. Ambas residen en la casa familiar de Tolosa, cerca de La Plata, la capital del Estado de Buenos Aires. La madre inculcó a Cristina las ideas peronistas y la fascinación por Evita con la que siempre intenta compararse (anunció la expropiación de YPF con un retrato de Evita detrás). También el fervor por el Lobo Platense, el equipo de fútbol de La Plata.

En cambio, Eduardo Fernández era votante de la Unión Cívica Radical, antiperonista y del Boca Juniors. Ni en el fútbol coincidían. Ofelia Wilhelm es hoy una popular figura de la que se sabe que los domingos come en la residencia presidencial de Los Olivos y que estuvo a punto de ser directiva del club de sus amores.

La jefa del estado argentino, abogada de profesión, aunque también se ha especulado con la veracidad de su título, es célebre por preocuparse hasta el límite por su aspecto físico. Se pinta desde los 12 años y ha llegado a decir: «Yo ya nací maquillada».

Durante su matrimonio con Kirchner acumuló un ingente patrimonio en la provincia de Santa Cruz, que él gobernó entre 1991 y 2003. La primera ciudadana argentina, como adora que la llamen, se pirra por los bolsos Hermés y las chaquetas de cuero de Gloria López Sauqué, una celebridad en su país. Seguramente su esforzada abuela asturiana era muy distinta o quizás, ella, como Evita, de orígenes aún más humildes, quiera revestirse de glorias mundanas para ganarse al pueblo argentino.