Oviedo, Pablo GALLEGO

«Daremos a los asturianos un Gobierno sensato, serio y riguroso, que trabaje para sacar adelante la región en estos momentos tan difíciles». El secretario general de los socialistas asturianos, Javier Fernández, utilizó su primera comparecencia como presidente del Principado «in péctore» para enviar un mensaje de tranquilidad a los asturianos. Tras la alarma causada por la advertencia de Hacienda de una posible intervención de las cuentas regionales, Asturias fue ayer la única región que no superó el examen del Ministerio. La «estabilidad institucional» lograda tras la negociación del PSOE con IU y UPyD será el «medio» que Fernández utilizará para cumplir su promesa de «seriedad» a los asturianos desde el Gobierno.

«Satisfecho», dijo, por el acuerdo alcanzado el jueves, Javier Fernández explicó ayer que «lo fundamental» del pacto de legislatura con el partido de Rosa Díez son las «cuestiones» que inciden «en la generación de empleo y en la defensa de los servicios públicos universales». Aun así, fueron asuntos como la reforma de la ley electoral o la posible fusión de municipios los puntos que dilataron el acuerdo entre ambas formaciones.

El primero, el relativo a la reforma electoral, se resolvió cambiando la «literalidad» del texto presentado por UPyD, ya que Fernández reconoció que no podía asumir el anterior, donde se les exigía ser parte activa de una reforma que conllevaría la creación de una circunscripción electoral única. La solución será crear una «comisión de estudio no legislativa», que analice fórmulas que permitan reequilibrar el peso de los votos para que todos los sufragios tengan el mismo valor, algo que no implicaría necesariamente la supresión de las tres circunscripciones, a la que el PSOE se opone. El segundo, la fusión de municipios, abocará al desarrollo de una nueva ley, «con un profundo estudio previo sobre la situación municipal», explicó el líder de los socialistas. La norma, añadió, promoverá «la cooperación municipal y la fusión voluntaria e incentivada», y en «últimas circunstancias» podría imponer la fusión. «Hemos cedido todos», afirmó el candidato socialista, que agradeció el «espíritu constructivo» de UPyD. «Siempre hay concesiones mutuas y renuncias, si no, no serían acuerdos».

No será hasta la tarde del miércoles cuando Javier Fernández, si nada lo impide, recibirá la confianza de la Junta General para formar Gobierno en Asturias. Dos días más tarde, el sábado por la mañana, se celebrará su toma de posesión en el Parlamento, según afirmó ayer el presidente de la Cámara, Pedro Sanjurjo. Pero antes de que llegue ese momento, tras la firma hoy del acuerdo con UPyD, el PSOE de Asturias se ha encontrado ya con el primer «regalo envenenado» del actual Ejecutivo en funciones de Foro: el Principado es la única comunidad que ha suspendido el examen del Ministerio de Hacienda a los planes de ajuste autonómicos. El nuevo Ejecutivo, aseguró Fernández, «intentará por todos los medios cubrir el plazo» de 15 días dado a la región para enviar otro plan. Antes, advirtió, será necesario conocer la «situación real» de las cuentas del Principado, para preparar entonces el nuevo plan «de manera inmediata y sumaria».

En los ajustes que Javier Fernández y su gabinete tendrán que hacer para cumplir con los requerimientos del Ministerio de Hacienda -que cifra el ajuste que tendrá que hacer Asturias en 616 millones- el nuevo Gobierno encabezado por Javier Fernández tratará de que los servicios públicos, como la sanidad y la educación, salgan «lo menos damnificados posible», indicó ayer el próximo jefe del Ejecutivo asturiano. Una vez conozca el estado de las cuentas, insistió Javier Fernández, «elaboraremos el plan de estabilidad que marcan las leyes, aunque no me gusten, para tener la aprobación indispensable de las cuentas asturianas».

La intención del Gobierno asturiano en funciones de denunciar ante el Tribunal Constitucional los recortes en Sanidad y Educación aprobados por el Ejecutivo central es, para Javier Fernández, un «extraordinario ejercicio de hipocresía política». No sólo por tratarse de un Gobierno en funciones, sino por no haberlo hecho «hasta que se ha encontrado sin el apoyo del Partido Popular».

Pactar con Izquierda Unida su entrada en el nuevo Ejecutivo regional será el siguiente paso en la agenda del líder socialista. «Izquierda Unida podría estar perfectamente en el Gobierno de Asturias, como ha estado en estos últimos años, pero aún no hemos sintonizado», aseguró Javier Fernández. El asunto aún está debatiéndose en el seno de IU y, de no consumarse la entrada de la coalición de izquierdas -quizá con dos consejerías, el mismo número de carteras que ocupaban en el último gabinete de Vicente Álvarez Areces-, «podríamos buscar otras fórmulas de colaboración para lograr más estabilidad», añadió.

Todo esto ocurrió en la sede de la Federación Socialista Asturiana (FSA), después de que Javier Fernández rindiera cuentas sobre el resultado de su negociación con IU y UPyD a la misma ejecutiva que, el pasado 6 de febrero, le encomendó recuperar para el PSOE -como finalmente ocurrirá- el Gobierno perdido en las elecciones de hace un año. Aquel día Fernández aceptó «encantado» el «honor de encabezar la lista» de su partido, porque Asturias no se podía permitir «no tener Gobierno». «Me encantaría ser presidente, los asturianos no se pueden permitir una nueva mayoría de la derecha tras el entremés grotesco de estos seis meses», afirmaba. Fue horas antes de hacer pública una candidatura que dejaba fuera del Parlamento a auténticos pesos pesados del partido en Asturias. Ayer, más de tres meses después de aquel encuentro y aprovechada la segunda oportunidad, el próximo presidente del Principado afirmaba que la ejecutiva del Partido Socialista había transcurrido de forma tranquila. «Han sido muy comprensivos», sentenció.