A punto de colgar la toga de abogado, sólo pendiente de cerrar las causas que aún tiene abiertas para dedicarse únicamente a la política, el primer diputado de UPyD en la Junta General del Principado entra por la puerta grande en el Parlamento. No sólo debuta en el escaño, sino que su firma ha sido decisiva para el regreso de los socialistas al Gobierno asturiano, tras el paréntesis de Francisco Álvarez-Cascos. A Ignacio Prendes Prendes (Gijón, 22 de febrero de 1965) la decisión le ha costado críticas desde la derecha, que señalan de dónde viene su formación, creada por Rosa Díez tras su salida del PSOE. A Prendes, dice, le resbalan los comentarios que aderezan el juego político y asegura que sale al ruedo asturiano sin «apriorismos» ni ideas preconcebidas sobre nada ni nadie. Que no se fija en siglas y sí en propuestas, siguiendo al pie de la letra el manual de su partido, una formación convencida de que «otra forma de hacer política es posible».

-Cuando salió diputado el 25-M dijo que había colocado su pequeña piragua entre grandes portaaviones. Ahora que, finalmente, ha sido decisivo para decantar el signo del próximo gobierno, ¿siente que ha ganado una gran competición?

La palabra no puede ser ganador porque sólo hemos llevado a la práctica las ideas que defendemos desde el nacimiento de UPyD. Es Asturias la que gana con el acuerdo de estabilidad que hemos conseguido.

-Tenía la llave del Gobierno, ¿qué precio le ha puesto?

Su valor es la gobernabilidad y la estabilidad, que, vista la política que se ha desarrollado en los últimos años, y digo años en plural, tiene un valor enorme. Sólo los necios confunden valor con precio.

-De acuerdo, hablemos de valor. Parece que ha sido el PSOE quien más lo ha apreciado.

Quien ha mostrado una voluntad decidida de llegar a un acuerdo ha sido Javier Fernández y, por supuesto, mi partido, que también ha hecho un gran esfuerzo. Era la primera vez que en nuestra corta historia debíamos comprometernos en apoyar una tarea concreta de gobierno y lo hemos hecho en el escenario más crítico y difícil de la historia reciente.

-¿Llegó tarde la derecha a negociar con ustesd?

Cuando llegaron, habíamos recorrido un largo trecho de camino con la Federación Socialista Asturiana, pero ni siquiera cuando llegaron se concretó una propuesta en torno a nuestra agenda política.

-¿Notó desprecio desde la derecha?

No. Y matizo que yo sólo he hablado con Francisco Álvarez-Cascos, en cuanto a un acuerdo de gobierno, y su comportamiento hacia nosotros fue exquisito. Con Mercedes Fernández (PP) sólo tuve una conversación protocolaria, al inicio de todo el proceso. El 12 de abril dimos a conocer en público nuestra vía de negociación y hasta el 14 de mayo no tuve ninguna valoración del documento por parte de Foro, ni del PP. Sí lo tuve desde la FSA.

-Entonces sí que llegaron tarde, ¿no?

Yo no sé si el 14 de mayo era tarde o era pronto. Cuando llegaron, teníamos el acuerdo bastante avanzado con el Partido Socialista.

-Dice que nadie le ha tratado mal, pero desde el PP le han dicho tras cerrar el pacto que UPyD es una marca blanca del PSOE.

También nos dijeron que éramos como cabras que nos tirábamos al monte.

-Marca blanca suena peor.

Ya, porque suelen ser copias de los originales. Pero no somos marca blanca de nadie. El problema es que a muchos de dentro les ha sorprenido nuestra forma de hacer política. No se han repuesto del pasmo de ver cómo un partido con un único diputado defiende sus convicciones con tanta intensidad. La gente de la políltica cree que eso no es posible y aún no han salido del pasmo. Tienen tres años para acostumbrarse.

-¿Cuándo notó que le empezaban a tomar en serio?

Nadie de la política lo hizo hasta el día siguiente de las elecciones. Y algunos, ni siquiera entonces.

-De pronto dejaron de ser ese partido amable, incluso exótico.

En política se lleva el juego de máscaras y se recurre a la agresividad verbal cuando fallan las ideas, pero ésa no es mi línea, ni la de mi partido. La gente te trata con displicencia mientras no tocas su cuota de poder. Entonces, pasan fácilmente de la amabilidad al exabrupto.

-¿Le decepcionó el Gobierno de Cascos?

Alguien que no te genera ilusión no te puede decepcionar. Lo que no esperaba eran las cotas de desgobierno que se alcanzaron estos últimos meses.

-El plan de austeridad que ha pactado con Javier Fernández habla de un horizonte de tres meses. ¿Hasta dónde llegarán esos recortes?

El plazo lo marca la realidad, porque ese ahorrro debe ser el fundamento del Presupuesto para 2013. No conocemos la profunidad de las cuentas regionales, ni los presupuestos de todas las empresas públicas, que son sesenta y tres. Es inevitable la reordenación de todo el sistema público.

-¿Qué pasará con la televisión autonómica (TPA)?

Es uno de esos sesenta y tres entes que habrá que estudiar. En UPyD no somos partidarios del modelo de televisión autonómica pública, aunque es de ley reconocer que la asturiana es de las más, sino la más, austera de España.

-¿Sospecha de Izquierda Unida? Ellos parecen hacerlo de usted y también han pactado con el PSOE, aunque no con UPyD.

En asoluto. Nunca hemos descalificado a ninguna formación.

-¿Ellos lo han hecho?

Han hecho observaciones despectivas hacia nosotros, pero no nos importa. Prefiero fijarme en las políticas y no en asuntos colaterales.

-¿Será para ustedes complicado viajar en el mismo vagón que IU?

Solo dependerá de la coincidencia política. Nosotros con quien hemos pactado es con Javier Fernández y la FSA. Tenemos un documento firmado y ellos sabrán (IU) si está en consonancia con lo que defienden o no.

-¿Se puede luchar aún por los fondos mineros?

Hay que pelear por que cumplan la misión para la que fueron creados, que es generar tejido industrial alternativo a la minería. Hasta ahora, no lo han hecho.

-¿Asume que pueden encontrar fuerte oposición popular a la hora de fusionar ayuntamientos?

No es un proceso fácil y será traumático, pero habrá municipios a los que les va a interesar y acudirán al período de fusión voluntaria, aunque no renuniciamos al proceso forzoso, debidamente amparado en el Parlamento. Pero ninguno perderá su identidad.

-¿Incineradora sí o no?

No es tan simple. Eso es el último paso. Necesitamos un plan integral de gestión de residuos. Vamos atrasados en eso.

-¿Qué me dice de la subida de tasas de El Musel?

Que hay que atenuarlas como sea y con mucha urgencia.

-Cuando se negoció el reparto de los recursos económicos de la Junta, ustedes se empeñaron en eliminar los coches oficiales y el chófer. ¿No pudo parecer una medida efectista?

Soy defensor de la dignidad de la tarea política y no pondría a nadie a escribir a lápiz y sentado sobre una caja sólo por ahorrar. Pero no creo que que sea vital que después de hacer el trabajo en la Junta un chófer te lleve a casa. Al final, hemos ahorrado 500.000 euros tanto en el coste del personal al servicio de los grupos como en asignaciones. Y sin UPyD en el Parlamento, eso no se habría conseguido.

-Pues usted, que es sólo un diputado, salió de allí con seis asesores asignados. ¿Comprende que llame la atención?

Algunos repiten ideas simples, mentiras simples que calan en la gente. Pero quien quiera lo va a entender facilmente. Tenemos cinco grupos parlamentarios, todos con las mismas obligaciones y yo estoy en el Grupo Mixto, pero soy el único, sólo hay un diputado. Existen nueve comisiones permanentes, más las no permanentes, las legislativas, las de investigación que se creen. Hay una tarea ingente en el Parlamento y, si se quiere hacer con un mínimo de rigor, hacen falta unos medios mínimos.

-Si ahorran, ¿por qué se insiste tanto en sus asesores?

Lo fundamental es que gracias a que nosotros estamos en la Mesa de esta Cámara se van a hacer bastantes más cosas con bastante menos coste.

-¿Se malgastaba antes?

Hasta hace un año había sólo tres grupos y la tarea parlamentaria era más bien escasa y el gasto alto.

-¿Ha cerrado ya su despacho de abogado?

Espero hacerlo después del verano, cuando se vayan cerrando los procesos que tengo abiertos. No me gusta dejar las cosas a medias ni a la gente tirada.

-¿Cuánto le ata el acuerdo de tres años con el PSOE para estos tres años de legislatura?

Sostener las principales líneas de acción del Gobierno. Hasta ahí. Respetamos el acuerdo pero también el compromiso con nuestros electores.

-¿Le llena al cien por ciento el pacto?

No me puede llenar porque no es mi programa electoral. En un acuerdo hay cesiones y renuncias, aunque este pacto es sólido y suficiente. Hemos sido firmes en lo esencial, en cuestiones que fueron escollos al principio como la comisión de investigación del «caso Marea» o las fusiones municipales y la reforma de la ley Electoral, donde hemos incorporado la necesidad de buscar mayorías amplias.

-Pero se quedan sin la ansiada circunscripción única.

A nosotros nos sigue pareciendo la mejor opción, aunque asumimos que puede haber otros objetivos legislativos que cumplen igual la función de la única circunscripción. Lo irrenunciable era la lucha por reducir las diferencias en el valor del voto de los asturianos según donde residan. Como es irrenunciable la proporcionalidad y el desbloqueo de las listas electorales. Eso sí es realmente importante y en Asturias seremos pioneros.