El hombre que se empareja con una mujer es apartado para siempre de las muy edificantes películas de Steven Seagal y se encadena con ella a un interminable visionado de comedias románticas. Fruto de tal condena un día vi «Miss Agente Especial», donde Sandra Bullock, como agente del FBI, se infiltra en un concurso de belleza para descubrir algo. Ni me acuerdo qué era, ni quiero. Sí recuerdo que para parecer una miss auténtica, la Bullock tenía que desfilar en bañador y cuando le tocaba hablar debía decir siempre que lo que más deseaba en esta vida era «la paz en el mundo».

Que Ignacio Prendes, el diputado-llave de UPyD, llegue pidiendo un gobierno de concentración suena, como están las cosas, a pedir la paz en el mundo. Ahora toca lo que dice el capitán Alatriste: «Aquí no queda sino batirse». Hay que mojarse, ser claros. Sobre todo con los ciudadanos, que están esperando a que se forme cuanto antes un gobierno para Asturias. Si esto se prolonga, seremos no la cuna, seremos la coña de España: diminuto chalano en mitad de la tormenta económica perfecta cuya tripulación se disputa el inservible timón de la embarcación.

Suena a catequista cuando pide Prendes la paz en el mundo pero, en cambio, sí tiene razón cuando dice que sólo es un diputado y que no debe soportar todo el peso de la Democracia. Tiene razón cuando dice que esa responsabilidad ha de repartirse proporcionalmente. Cierto. Si alguien ha de posicionarse cuanto antes para que la partida no termine en tablas son las formaciones con más diputados. El PSOE ya lo hizo; IU, también; de Foro no cabe esperar nada pues su líder dice lo mismo y lo contrario. Así que toca al PP manifestarse.

Para tomar una decisión les recomendaría esa fábula que atribuyen a Esopo, la del escorpión y la rana. Transcribo el resumen de Wikipedia: un escorpión le pide a una rana que le ayude a cruzar el río. Prometiéndole no hacerle ningún daño, la rana accede subiéndole a sus espaldas, pero cuando están a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. Ésta le pregunta incrédula: «¿cómo has podido hacer algo así?, ahora moriremos los dos», ante lo que el escorpión se disculpa: «No he tenido elección, es mi naturaleza». Wikipedia añade: «La moraleja de la historia es que no trates de engañarte con los demás al creer que son o pueden ser otros y menos engañarte a ti mismo de quien eres».