Oviedo, A. RUBIO / F. VALLINA

Las protestas mineras en Asturias no cesan pese a que la "marcha negra" ya ha llegado a Madrid. Las barricadas volvían a cortar el tráfico ayer por la noche en la autopista del Huerna a la altura de Pola de Lena. Varios piquetes colocaban neumáticos en la calzada y les prendían fuego pasadas las 23.00 horas.

Pola de Lena se convertía así de nuevo en el epicentro de las protestas. Voladores, barricadas y varios grupos de jóvenes hacían presagiar que la noche volvería a desembocar en nuevos disturbios como los que se vivieron el pasado jueves y que dejaron un niña y una mujer heridas.

La Guardia Civil intervino para restablecer el tráfico y terminar con las protestas, lo que acabo con nuevos enfrentamientos entre los agentes y los mineros por las calles de Pola de Lena, aunque de menor intensidad que los de la semana pasada. Según han informado fuentes de Delegación de Gobierno los altercados se han saldado con tres mineros detenidos.

La Policía detiene a tres trabajadores acusados de colocar una barricada en Olloniego

Asturias volvió a despertarse ayer temprano a ritmo de tambores de guerra y envuelta en el humo de las barricadas. Los cortes de carretera y los enfrentamientos entre los mineros y las fuerzas del orden volvieron a ser el común denominador de una jornada de conflicto que se saldó con tres trabajadores detenidos -uno de ellos con el tabique nasal roto-, centenares de neumáticos ardiendo en las principales arterias de la región y un guardia civil herido tras ser atropellado por el coche de un grupo de mineros que emprendía la huida tras prender fuego a una barricada en Olloniego, según la versión de la Benemérita.

La detención de los tres mineros -F. J. L. L., P. R. A. y M. A. P. O., todos ellos del pozo Candín (Langreo)- se produjo hacia las siete de la mañana. Un piquete había colocado una barricada en la principal salida hacia la Meseta (A-66), concretamente en el túnel del Padrún, que estuvo durante más de una hora taponado por las llamas y vomitando densas columnas de humo visibles a kilómetros de distancia.

Los arrestos tuvieron lugar en la parte más cercana a Mieres, en las inmediaciones de la térmica de La Pereda. Según la versión de las fuerzas de seguridad, los agentes de la Guardia Civil interceptaron a los trabajadores cuando trataban de huir del lugar. La Benemérita sostiene que uno de los vehículos detectados desobedeció las indicaciones de los agentes que le habían dado el alto y arrolló a uno de los guardias, «produciéndole lesiones de diferente consideración».

La Guardia Civil asegura también que el trabajador que resultó herido se fracturó los huesos de la nariz tras sufrir una caída al huir de los agentes, una versión que no comparten los mineros. «Le pegaron cuando estaba esposado y no podía defenderse. Todo lo que dicen es mentira y sólo está enfocado a criminalizarnos cuando son ellos los que emplean la violencia con más soltura», señaló el delegado sindical del SOMA en el pozo Candín, Manuel Robles, tras los incidentes.

El tráfico se restableció en la zona de Olloniego a las siete y media de la mañana, aunque sólo para los vehículos que circulaban en sentido Oviedo. El tránsito en el otro carril tardó algo más en volver a ser fluido. Los atascos generados en la A-66 provocaron retenciones kilométricas, con colas que llegaban ya a Soto de Ribera tan sólo unos minutos después del corte.

A los detenidos -que ayer durmieron en el cuartel del Rubín (Oviedo) y hoy pasarán a disposición judicial- se les incautaron «garrafas de líquido inflamable, mascarillas, guantes y pasamontañas», según la Guardia Civil.

Por otro lado, los mineros también interrumpieron el tráfico en la «Y», concretamente a la altura de Lugo de Llanera, donde las barricadas volvieron a provocar retenciones kilométricas. En este caso, el corte no llegó a materializarse al cien por ciento, ya que los trabajadores fueron sorprendidos por los agentes de la Policía Nacional poco antes de que encendiesen la mecha. También se repitieron los cortes en otras vías de la región, como en la AS-15, a la altura de La Doriga, y en la N-634, en las inmediaciones de Cornellana.

La noticia del trabajador que resultó herido al ser detenido en Olloniego corrió de móvil en móvil y alrededor de un centenar de trabajadores se presentaron ante la puerta de urgencias del Hospital Central de Asturias, en Oviedo, en solidaridad con su compañero.

«Luego que la Policía no se queje», dicen los mineros

Los representantes sindicales del sector no tardaron en mostrar su «indignación» tras conocer que un trabajador del pozo Candín había resultado herido al ser detenido por la Guardia Civil. «Luego que no se quejen de violencia, nosotros sólo actuamos para defendernos, pero ellos nos machacan, nos acorralan y nos atacan como si se tratase de un Ejército enemigo. Éste es un ejemplo más de las medidas desmesuradas y represoras que se están tomando. No nos queda otra que defendernos», señaló Gerardo Cienfuegos, primer secretario del SOMA en la zona del Aller y miembro del comité intercentros de Hunosa.

Cienfuegos recordó además el episodio vivido el pasado viernes en las inmediaciones del pozo Santiago (Moreda). «Fue la actuación más violenta que se recuerda y aquí nadie dice nada. Había más de 150 policías y dieron palos sin medir y sin distinguir entre ciudadanos y trabajadores». Cienfuegos también tuvo un recuerdo para los trabajadores encerrados, «que son los verdaderos protagonistas».

Jaime Caliero, secretario general de la sección sindical de CC OO en Hunosa, se expresó en la misma línea. «Lo de ayer no lo vi, pero está claro que la actuación policial está siendo desmedida», aseguró. Caliero sostiene además que «la presencia policial es tan fuerte que ya nos hemos encontrado con secretas en los pozos con pegatinas de algún sindicato».