El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil abrió ayer una «exhaustiva» investigación para tratar de «cazar» al furtivo que colocó el lazo ilegal en el que resultó atrapado el oso pardo que el domingo murió en Porley, Cangas del Narcea, durante las labores de rescate. Fuentes de la Benemérita indicaron que se van a instruir unas diligencias que se presentarán en el Juzgado de Cangas del Narcea para comprobar todos los indicios que hay alrededor de este caso y tratar de localizar al responsable. De hecho, los agentes tomarán declaración a cuántas personas sea necesario, incluyendo vecinos del pueblo cangués de Porley. También cuentan con el lazo que atrapó al plantígrado y el cual está siendo sometido a diferentes análisis que puedan abrir alguna vía de investigación. La muerte de un oso puede acarrear a su responsable cuatro años de cárcel y multas que pueden llegar a 2 millones de euros.

La Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos indicó ayer de que el ejemplar será sometido hoy a una necropsia en el Centro de Biotecnología Animal de Deva, en Gijón, donde se encuentra su cadáver desde la pasada noche del domingo. En las pruebas que arrojen luz sobre la muerte del animal participarán, además de técnicos del Principado, agentes del Seprona y el catedrático de Patología Animal de la Universidad de León, Francisco Marín. Si bien desde el departamento que dirige María Jesús Álvarez apuntan que en el caso de que no pudiese acudir Marín lo haría una persona de su equipo de trabajo. También destacan que las pruebas que determinen la causa de la muerte del oso podrían dilatarse en el tiempo, por lo que los resultados no se conocerán de inmediato.

Agroganadería detalla que el joven oso pesaba 108 kilos. E insisten en que se siguió el mismo protocolo de rescate que en ocasiones anteriores. Asimismo, precisan que durante el rescate se empleó una dosis de anestesia menor que la adecuada para su peso y en dosis divididas.

Las reacciones entre los grupos conservacionistas no se han hecho esperar. Carlos Nores, vicepresidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), lamenta la muerte de este oso, si bien «afortunadamente, no se trata de una hembra, que son mucho más importantes en la recuperación del oso porque son las que tienen descendencia. Que sea un macho dentro de la mala suerte es menos malo», opina.

La Fundación Oso Pardo calcula que en la zona occidental en la actualidad puede haber por encima de los 180 ejemplares, algo que califican como «un buen número» ya que en los años noventa tan sólo ocupaban esta área unos 70 osos. Además, los plantígrados cada vez ocupan más territorio. Ya no viven sólo en los territorios demarcados como oseros, sino que comienzan a ocupar montes en los que antes no tenían presencia, como es el caso de Porley, en Cangas del Narcea.

Parte del éxito de la recuperación del oso pardo en la cordillera Cantábrica, subrayan los expertos, se debe a la concienciación de la sociedad en el respeto y protección de esta especie, símbolo de la naturaleza asturiana. De hecho, hace más de veinte años que no se producía una muerte de oso por lazo furtivo en la región, lo que para Carlos Zapico, de la Fundación Oso Asturias, es «gracias al esfuerzo de todas las campañas de divulgación». Comenta Zapico que las cosas han cambiado mucho desde los años ochenta en Asturias: «Antes cazaban un oso y hacían ostentación de ello, pero hay un salto cualitativo en este momento en lo que respecta a la concienciación. Hoy eso es impensable en Asturias porque ningún parroquiano les va a reír la gracia de matar un oso». Zapico apunta que la presencia de osos en Asturias es además de «un bien, una riqueza ambiental, también lo es económica por el turismo de la naturaleza y eso hay que valorarlo».

Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS), es más crítico. Considera que la muerte de este ejemplar en Cangas del Narcea pone de manifiesto que «a estas alturas Asturias debería tener mucho mejor organizado el protocolo de actuación cuando aparece un animal en esas circunstancias. Y no deberíamos de estar todavía sometidos a la improvisación. La improvisación tiene como consiguiente causa la poca eficacia». Hartasánchez se refiere al tiempo que transcurrió desde que el oso fue hallado, hacia las nueve de la mañana, hasta que los técnicos y veterinarios llegaron hasta el animal, alrededor de las tres de la tarde, según informa Agroganadería.

Hartasánchez cree que en Asturias «hay una precariedad en el manejo de los osos». Opina que «no hay una experiencia alta en el manejo de fauna salvaje y tampoco tenemos ningún sitio especializado para atender a un oso herido». Por ello, desde FAPAS recomiendan que «reconozcamos los errores para que no se repitan y no camuflemos los errores como aciertos o circunstancias imposibles de evitar».

El presidente de FAPAS teme que las heridas o muertes de osos por los lazos furtivos comience a ser una constante en Asturias precisamente por el aumento de la población osera en una región «muy humanizada, con una convivencia muy cercana».