Oviedo,

Félix VALLINA

Echaron a andar como asociación con el inicio de la crisis y no piensan detenerse hasta conseguir sus objetivos. El colectivo Sendas de Asturias surgió con la voluntad de ayudar a la creación de empleo impulsando el aprovechamiento de una serie de recursos esparcidos por Asturias -como museos, aulas y centros de interpretación- que están cerrados o desaprovechados por falta de previsión o dudosa gestión. Con ese fin y con la fuerza que les da su amor por la naturaleza, los miembros de la asociación organizan caminatas con destino final en alguno de estos equipamientos, despliegan sus pancartas y comienzan a trabajar para que su protesta no se quede en una simple fotografía.

Y es que Sendas de Asturias -que también vigila el estado de conservación de los caminos y realiza trabajos de limpieza de las sendas en sus salidas- lleva más de un año recopilando documentación sobre el estado de conservación y de gestión en el que se encuentran esos inmuebles parados para estudiar posibles usos y, además, mantiene contactos y entrevistas con políticos, empresas y particulares de las zonas para proponer alternativas. «Con esta iniciativa no pretendemos abrir un debate sobre la necesidad o la conveniencia de esas infraestructuras, la cuestión es que ahí están y es una pena, más bien una irresponsabilidad, no intentar entre todos darles algún uso», explicó Manuel López López, presidente del colectivo. López sostiene que en la región hay más de ciento veinte inmuebles en esa situación.

Además de los museos y los centros de interpretación cerrados, la asociación mantiene que un gran número de los que están abiertos lo están en precario, por lo que están condenados también al cierre antes o después. «La mayoría no aporta nada o casi nada. Consisten en unos cuantos paneles y una pantalla, que ni siquiera se molestan en actualizar de contenido. Da la impresión que únicamente es un recurso que está ahí, que en su día justificaron la inversión de unos fondos gastados de forma improvisada por personas incompetentes», afirmó López, que añadió: «El personal, en general, está con contratos temporales o en prácticas. También hay autónomos y trabajadores de empresas de gestión ambiental que no tienen garantizada la continuidad».

Todas esas denuncias las trasladan a las administraciones, aunque la mayoría cae en saco roto. «Los políticos con los que tratamos no se hacen copartícipes de la situación por la que estamos pasando. Tampoco se sienten responsables de haber participado en la inversión de tantos millones en unos recursos que ahora no pueden garantizar su uso si no hay subvenciones, porque dicen que ellos no tienen medios para hacerlo».

No obstante, el colectivo sigue aportando ideas. «Si el objetivo fundamental de las sendas, los museos o las aulas de interpretación es el de traer visitantes, parece lógico que la competencia para garantizar su mantenimiento recayese en la Dirección General de Comercio y Turismo y, como mucho, también de la de Infraestructuras, especialmente los dependientes del Principado», solicitó Manuel López. El presidente de Sendas de Asturias considera que habría que sacar a concurso estos equipamientos «para ir hacia una gestión mixta, público-privada». En la última salida, la asociación visitó tres edificios cerrados en el valle del Nalón que suman una inversión de 6.978.000 euros. Son la Casa del Agua (Rioseco), el Centro de Recuperación de la Fauna (Ladines) y la Casa del Urogallo (Tarna).