Oviedo, M. J. IGLESIAS

Japón, Paraguay, México y Suiza aportan alumnos al III Curso de asturiano organizado por el Conceyu Universitariu Pol Asturianu (CUPA), de la Universidad de Oviedo, e Iniciativa Pol Asturianu, en colaboración con la Academia de la Llingua, que comenzará el próximo día 13 en el Conseyu de Mocedá de Gijón. La mayoría tiene vínculos familiares con Asturias, pero uno de ellos llegó a la llingua a través de una canción en Youtube.

La japonesa Tamagawa Megumi, de Tokio, residente en Barcelona, casada con un leonés, justifica su elección en el enorme interés que tiene por lo que ella llama «idiomas con mayúsculas». Añade que ha intentado aprender varios y considera que «abren puertas y te enriquecen la vida». Asegura que «es un auténtico privilegio para mí poder leer un libro en el idioma original o poder pillar algo de una canción en otro idioma».

La curiosidad por el asturiano se le agudizó en los dos años en los que vivió en León. «Me entró mucha curiosidad porque mi familia política tiene noción de asturiano, sobre todo mi suegro, que utiliza bastante palabras». Cuando se mudó a Barcelona, donde trabaja como administrativa para una empresa japonesa, hizo un curso de catalán y comparó la situación de ambas lenguas. El pasado verano, en el pueblo del norte de León donde veranea, presenció un monólogo en bable. «Al ver a la gente carcajeándose, me di cuenta de lo importante que es el idioma como el núcleo de la cultura y la identidad», añade. Desde entonces ha buscado la oportunidad para estudiar asturiano.

»Pienso que la participación de una persona como yo, extranjera, podría significar un paso adelante para este idioma y me gustaría aportar mi granito de arena participando en el curso», matiza. Las treinta y cinco horas lectivas las hará a través de internet. Luego se presentará a la prueba de conocimiento de la Academia de la Llingua Asturiana.

Joaquín Llaca, mexicano descendiente de llaniscos, también hará el curso on-line. Nació en el país azteca, pero nunca ha perdido el contacto con la tierra de sus antepasados. «Voy una vez al año y me encanta mantener las raíces con Asturias», señaló ayer en una conversación telefónica. Uno de los recuerdos más nítidos que conserva es el de sus abuelos hablando en bable. «Todo eso se perderá y yo quiero hacer lo posible por mantenerlo». A su favor tiene la pujante presencia asturiana en México, con instituciones prestigiosas como el Centro Asturiano, que sigue siendo un activo lugar de reunión en el que se bebe sidra, se come fabada y se dan clases de bailes regionales.

Se enteró de la existencia del curso a través de Inaciu Galán, miembro de la Iniciativa Pol Asturianu. «Mantenemos mucho contacto y él me animó», señala. La familia también lo alienta para que profundice en los conocimientos de la peculiar forma de hablar de los abuelos que la gente no entendía en México. «Mi abuela está muy contenta de que sigamos con las tradiciones». Aún tiene dos hermanos más pequeños en la Universidad a los que piensa convencer para que sigan sus pasos.

Llaca, de 32 años, se dedica a representar empresas españolas en México, en el sector de la decoración de interiores. Echa de menos más presencia asturiana. Sus parientes en la región se reparten entre Llanes, Pola de Siero y Oviedo. Asegura que una de las cosas que más le gustan de los asturianos es la forma alegre y optimista de afrontar la vida. «Me siento muy asturiano y me sé algunas palabras porque he leído libros que compro en los viajes», indica.

Otro de los alumnos del curso será Carlos Miguel Torres Romero, de 24 años, natural de Paraguay y con antepasados asturianos en su árbol genealógico. Es funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores de su país y también conocedor y profesor de varias lenguas, entre ellas el árabe y guaraní, la lengua que, junto al castellano, habla el noventa por ciento de los paraguayos.

Su objetivo es perfeccionar los conocimientos que ya posee. Así lo relató ayer desde Paraguay: «Quiero tener un certificado oficial que avale mis conocimientos de asturiano». Sus intenciones van mas allá, ya que se plantea incluso establecer en su país un instituto de lengua asturiana o un centro asturiano que aún no existe allí. «Por eso voy a hacer el curso a distancia», indica. Sus bisabuelos maternos llegaron primero a la Argentina y después a Paraguay procedentes de Pola de Somiedo. «Mi abuela siempre nos hablaba en asturiano y nos transmitió muchas costumbres de la región», explica.

Aún no ha tenido oportunidad de pisar el Principado. «Esa idea la tengo en la mente desde hace tiempo y espero poder llevarla a cabo en el futuro», comenta. Su madre acaba de conseguir la nacionalidad española. A Carlos Miguel Torres le gustaría seguir sus pasos. «Me gustaría pasar un año en Asturias para formarme bien en la cultura asturiana y difundirla en Paraguay», señala.

Además, el joven funcionario, lector de Caveda y Nava, que habla también portugués, inglés y francés, lamenta que el asturiano sea un gran desconocido frente a otras lenguas como el catalán y el gallego. «Me gusta mucho cómo suena, es el símbolo de la identidad asturiana».

Otro de los estudiantes será el suizo Rolf Hotz Molina, que vive en Chile y no tiene relación alguna con Asturias. En una ocasión escuchó una canción en asturiano en Youtube y se enamoró de la «llingua», tanto que ya sabe asturiano y ahora pretende mejorar. El curso, en su modalidad presencial, está abierto a personas sin conocimientos y a quienes ya tengan nociones.

«Me entró una gran curiosidad porque mi suegro usa muchas palabras asturianas»

<Tamagawa Megumi >

Japonesa, casada con leonés

«Mi abuela está muy contenta de que sigamos con la tradición»

<Joaquín Llaca >

Mexicano, descendiente de llaniscos

«Me gustaría abrir un centro dedicado al asturiano en mi país, porque no tenemos»

<Carlos Miguel Torres >

Funcionario paraguayo