Oviedo, L. Á. VEGA

El juicio por alcoholemia contra Juan José Corrales, ex alcalde socialista de Siero, está previsto para mañana, martes, en el Juzgado de lo penal número 1 de Oviedo, dos años y nueve meses después del accidente de tráfico que sufrió, ebrio, en la glorieta de Argüelles, mientras conducía un coche oficial. Aquel accidente le costó la dimisión después de casi diez años como alcalde, en medio de un gran escándalo.

El escrito de la fiscal de Tráfico, Adoración Peñín, es meridiano sobre lo ocurrido en la madrugada del 12 de febrero de 2010. Sostiene que a las seis y cinco, «debido a que se encontraba con sus facultades físicas y psíquicas alteradas y mermadas por la ingestión de bebidas alcohólicas, el acusado no realizó el giro de una rotonda, sino que siguió circulando en línea recta, invadiendo una isleta, donde arrastró una baliza, y salió de nuevo a la calzada, donde se quedó detenido en el carril derecho, sin luces y sin ningún tipo de señalización que advirtiera del peligro». Allí permaneció sentado en el coche hasta que llegó la Guardia Civil. Se produjo entonces una escena penosa. Todo un alcalde presentaba «habla pastosa, dificultades de expresión, movimiento oscilante y olor a alcohol en el aliento, notorio a distancia», reza el escrito. Corrales se negó a realizar las pruebas de Romberg (llevarse el dedo índice a la nariz con los ojos cerrados) y a caminar en línea recta tres metros. Sí hizo la prueba de alcoholemia, que arrojó 0,69 miligramos de etanol por litro de aire espirado, 0,76 a la media hora. La fiscal pide, por un delito contra la seguridad vial, 3.240 euros de multa, 48 días de trabajos para la comunidad y la retirada del carné por dos años. Eso si se declara culpable. Si no, pedirá 4 meses y medio de cárcel. La Guardia Civil consideró inicialmente que Corrales había incurrido en conducción temeraria.