Oviedo, Marcos PALICIO

A la vista, la moringa oleifera es un polvo verde oscuro de olor penetrante. En Occidente sirve para fabricar cosméticos; en Madagascar da fundamento a un complemento alimenticio que tiene más proteínas que los huevos y que mezclado con un plato de arroz o maíz salva a miles de niños de la malnutrición. Se cultiva allí, no hay que importarlo, y así ayuda a poner las bases de un proyecto «sostenible» por el que la ONG que lo promueve, Agua de Coco, recibió ayer en Oviedo el premio «Luis Noé Fernández», otorgado por la Fundación Alimerka, en la modalidad de «Lucha contra el hambre». Compartió la distinción con Global Humanitaria, premiada en la categoría de «Nutrición» gracias a otro trabajo enfocado a la educación como motor de desarrollo y a la mejora de la alimentación infantil, los huertos escolares que cultivan los alumnos, sus padres y profesores en Cochabamba (Bolivia).

El ejemplo de los homenajeados en la tercera convocatoria del premio, que lleva en su nombre la memoria del fundador de la cadena asturiana de supermercados, justificó un acto de afectuosa gratitud a dos organizaciones que así reciben, al decir de Alejandro Fernández, presidente de Alimerka, «una notoriedad que merecen y normalmente no tienen». La gala se volvió entrañable desde que Gerardo Gómez, gerente de Agua de Coco, llegó con las caras que dan sentido a su trabajo: 25 niños malgaches, componentes de una escuela de música patrocinada por la ONG, que hoy, a las ocho de la tarde, inician una gira por España cantando góspel en el auditorio de Pola de Siero. El aperitivo, no obstante, ya lo improvisaron ayer Harris y Mami, dos jóvenes ciegos que no dudaron en arrancarse a interpretar una canción, el primero cantando y el segundo al piano de un salón del hotel de la Reconquista.

La imagen de lo que Global Humanitaria hace en Bolivia salió en uno de los vídeos proyectados durante el acto. Es Alexander Rojas Muñoz, de 8 años, que «no estaría estudiando» si no existiera el proyecto «Aymuray mit'a» -«tiempo de cosechar los alimentos», un verso del Eclesiastés traducido al quechua-. Ahí fuera «la necesidad es global», confirmó el director de la ONG, Alfonso Trinidad, hablando de lo difícil que se ha puesto «el acceso a los fondos que necesitamos», o de la crisis de ayudas públicas que citó Gómez antes de agradecer un galardón útil para extender su proyecto a Camboya. Cada premiado recibe 8.000 euros y un poema visual del escritor Xuan Bello.