Oviedo, Eloy MÉNDEZ

Asturias sonrió ayer a las 10.08 horas de la mañana, cuando el niño Ismael Rastrelli gritó a los cuatro vientos, desde el escenario del teatro Real, que el Gordo del sorteo de la lotería de Navidad era para el número 76.058. La región arrancó 5,6 millones de euros de uno de los primeros premios más repartidos de la historia, que regó de cava treinta y una provincias españolas. La mejor parte se la llevó Oviedo, donde se vendieron doce décimos en un céntrico estanco de la calle Jovellanos, que dejaron 4,8 millones. La suerte se coló también en el barrio de El Llano, en Gijón, con un boleto. Otro se compró en Nava, capital de la fortuna durante los últimos años. Gijón y Castrillón se llevaron un buen pellizco del tercero, el 64.084. Y Avilés arañó parte de un quinto, el 22.343. El Principado acabó el sábado con unos seis millones más que el viernes gracias a los grandes premios y sin contar las cuantiosas pedreas.

El Gordo, que cumplía 200 años, pisó la región por séptima vez y cinco años después de su anterior aparición. Se hizo hueco sobre todo en un establecimiento expendedor del centro de Oviedo, donde el jolgorio duró toda la mañana. Las inclemencias de los recortes y la cruda realidad laboral se aparcaron por unas horas en este rincón a tiro de piedra de la Catedral, hasta donde se desplazaron premiados y curiosos a partes iguales para el brindis de rigor. En Gijón, la alegría fue por barrios e invadió una administración de la calle Río de Oro, situada en la parte posterior del centro comercial Los Fresnos, en el corazón de El Llano, una de las zonas obreras con más paro de la ciudad, donde el primer premio dejó 400.000 euros. El resto llegó a través de un tercero, que repartió medio millón en El Natahoyo. Tampoco faltó a su cita con la suerte Nava, que mantiene un apasionado matrimonio con el sorteo de Navidad desde hace años y donde se celebró el único boleto del Gordo que vendió una cafetería de la villa.

Pero el municipio más afortunado ayer en España fue Alcalá de Henares, donde llovieron 520 millones del primer premio, casi todos en una barriada popular con predominio de inmigrantes. El 76.058 no sólo se quedó en Madrid, dio la vuelta a la geografía española para llenar bolsillos en Valencia, Vizcaya, Granada, Las Palmas y La Coruña, entre otras muchas provincias. Menos repartido estuvo el segundo, el 42.260, que se vendió en la localidad burgalesa de Aranda de Duero por completo y alivió la situación de una comarca en horas bajas. El 64.084, el tercero, fue más generoso y llevó la locura a medio centenar de localidades.

Las pedreas también contentaron, dentro y fuera de Asturias, a muchos jugadores del último sorteo extraordinario de Navidad con premios exentos de tributar a Hacienda, ya que a partir de 2013 el Gobierno aplicará una retención del 20 por ciento a todos los premios que superen los 2.500 euros. La enésima medida recaudatoria contra una crisis que sólo da tregua cada 22 de diciembre.