Un adiós carpeta en mano y mirando a cámara cerró ayer 30 años de trayectoria política de Francisco González, que renunció a su acta de diputado socialista por el occidente de Asturias sólo media hora después de que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) le abriera juicio oral por un delito de exacciones ilegales, supuestamente cometido en su etapa al frente del Ayuntamiento de Cudillero. «Soy un hombre de principios y de partido. Hace ya un año manifesté que renunciaría a mi escaño en la Junta General en caso de que tuviese lugar esta apertura del juicio oral, y eso es lo que les anuncio hoy en cumplimiento de mi palabra de paisano, que es lo que soy», declaró González.

El ex alcalde pixueto compareció solo, por deseo expreso, en la sala de prensa del Parlamento asturiano minutos después de las dos y media de la tarde. El portavoz del Grupo Socialista, Fernando Lastra, y otros compañeros se ofrecieron a arroparle ante ese duro trago, pero González prefirió anunciar en solitario su renuncia al escaño 17.º del PSOE, en el ojo del huracán desde el inicio de la actual legislatura, cuando el TSJA ya impidió al ex regidor ocupar su asiento en la Cámara regional en el Pleno de constitución de la Junta por una reclamación de Foro sobre el voto emigrante.

«Hoy se cierra una etapa fundamental de mi vida, como es la de la política en primera línea de fuego», declaró un Francisco González que leyó una prolija declaración de cuatro folios sin admitir preguntas de los medios. Reconoció que su persona «provoca filias y fobias igual de contumaces» y recalcó que la Sala civil y penal del TSJA no le lleva a juicio por delitos de corrupción, como los que salpican la política nacional en los casos «Gürtel» y «Barcenas», o en Asturias, con la «operación Marea». «Mi acusación es por exacciones ilegales y no por cohecho, tráfico de influencias, sobresueldos, apropiación indebida, donaciones de empresas, evasión o fraude fiscal, adjudicaciones irregulares de obras, duplicidad de pagos o sobrecostes en obra pública», precisó el ya ex diputado, que formalizó la renuncia en un escrito, que llevaba su firma al pie de la declaración de cuatro folios, y que el Grupo Socialista presentó en el registro a las cinco y cuarto.

El auto de la sala civil y penal del Tribunal Superior de Justicia, firmado por el magistrado José Ignacio Pérez Villamil, confirmó la apertura del juicio oral a Francisco González y a la ex concejala de Comercio Verena Prendes, por exacciones ilegales pero descartó las denuncias relativas a los delitos de cohecho y apropiación indebida. El TSJA aún debe decidir si abre juicio contra Francisco González por otras dos denuncias.

El magistrado archiva las denuncias de cohecho y apropiación indebida

El magistrado ve indicios del delito de exacciones porque los propios acusados reconocieron en sus declaraciones el pago por parte de los hosteleros que explotaban los chiringuitos de Cudillero de «determinadas cantidades para retribuir a la Policía Local la vigilancia nocturna del entorno», en la época estival, entre 2003 y 2008. En cambio, Villamil sobresee las acusaciones de cohecho y apropiación indebida porque «no existe indicio alguno de que los acusados hubiesen solicitado el dinero para sí mismos (...) sino que era para retribuir los servicios de vigilancia de la Policía Local». El magistrado refuerza ese archivo parcial con el argumento de que no hay indicios de que los acusados «se quedaran con parte de lo recaudado por la tesorería municipal» para pagar a los auxiliares de la Policía Local por la vigilancia en los chiringuitos.

Deja de ser aforado

González, que al renunciar al acta de diputado deja de ser aforado y será juzgado por un jurado en la Audiencia en vez de en el TSJA, aceptó el fallo judicial aunque, en su opinión, se trata «más de una cuestión administrativa que de la contribución a un delito». El ex alcalde reiteró que «nunca fui advertido ni por los servicios jurídicos ni por los económicos del Consistorio» de que los cobros a los hosteleros debían realizarse mediante una ordenanza municipal previa.

González dijo que nunca pensó echar un pulso al PSOE, al que reiteró su fidelidad, y menos poner en peligro la gobernabilidad del Principado. «Nunca permitiría que esta región se paralizara de nuevo por el empecinamiento de quien se aferra a un escaño. Quiero y deseo que gobierne mi partido, el Partido Socialista, sin injerencias judiciales y sin extorsiones de otras formaciones políticas por mi causa, que entiendo desproporcionadas y desmesuradas para con mi persona», planteó un González que pasó al ataque para sostener que ahora, ya fuera de la política, tendrá un mayor margen de actuación para afrontar el proceso judicial que se avecina. «Defiendo mi inocencia (...) sé que desde fuera de la política activa incluso será más fácil poder demostrarla», afirmó el ex alcalde pixueto.

«El tiempo da y quita razones y yo a partir de ahora voy a disponer de mucho más para poder hacer valer la mía», proclamó Francisco González que, además de renunciar al escaño, sopesa dejar la secretaría general de la agrupación de Cudillero tras denunciar que ha sido víctima de «un complot». Y hasta se mostró retador en su «cierre» a más de tres décadas de trayectoria política. «Los denunciantes han faltado a la verdad, donde se ha coaccionado a testigos y se ha intentado presionar a un fiscal, por parte del PP (...). Para mí son parte implicada tanto los que obraron con infundios intencionados como quienes conociendo la verdad miraron hacia otra parte, así que advierto por adelantado: no se admiten condolencias».