El Gobierno regional se lanza a privatizar la ciencia. El director general de Economía e Innovación, Gonzalo Pescador, anunció ayer por sorpresa que el Principado sacará a concurso la gestión de la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología (FICYT), responsable de canalizar buena parte de los fondos autonómicos, nacionales y europeos destinados a potenciar la I+D+i en los ámbitos empresariales y académicos. El ejecutivo enmarca la medida dentro de la reorganización del sector público, encaminada a favorecer el ahorro, a pesar de que nunca antes había barajado que la dirección de este emblemático organismo pasara a otras manos, como dejó claro el PSOE cuando estaba en la oposición, cuando protagonizó una férrea defensa en favor de su continuidad. Por otro lado, el gabinete de Javier Fernández ha finalizado la redacción del nuevo plan de investigación, tras tres años de retrasos y plazos incumplidos.

«Sí, vamos a hacerlo». Con esta frase desveló ayer Pescador las intenciones del Gobierno autonómico de sacar a concurso la gestión de la FICYT, ante las preguntas de la diputada del PP Susana López Ares, durante la intervención del director general en la Comisión de Economía de la Junta General, donde rindió cuentas por la política regional en innovación y desarrollo. «Se le han dado muchas vueltas a este asunto y el objetivo de la decisión adoptada es mejorar la eficiencia de la Fundación», añadió, sin aclarar las condiciones que deberán cumplir las entidades interesadas en hacerse con el mando del organismo.

La medida supondrá un inédito punto de inflexión para la FICYT, que echó a andar en 1984, durante el Gobierno de Pedro de Silva, como el agente autonómico para impulsar la ciencia en Asturias y con forma de sociedad mixta, con participación del Principado, la Universidad y el sector privado. Desde ese momento, se convirtió en el gran referente para los investigadores de la región, al ocuparse de asuntos tan variados como la información y la canalización de las ayudas dependientes de numerosos programas, la coordinación del plan regional en la materia, la promoción de los resultados obtenidos en innovación por las empresas o la búsqueda de socios entre ellas y con los grupos universitarios. Además, asumió el reparto y la concesión de los fondos para jóvenes especialistas, mediante programas tan consolidados como el «Severo Ochoa», para la formación predoctoral.

Estos méritos provocaron que buena parte de la comunidad científica asturiana, apoyada por todos los partidos de la oposición, se enfrentara abiertamente a la propuesta de Foro Asturias para eliminar la FICYT, durante el breve Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos. La llegada de Javier Fernández al poder, a mediados de 2012, frenó en seco el plan de su antecesor. Por contra, el socialista propuso la fusión de la entidad con otros organismos de índole tecnológica, capaces de financiarse por sí mismos y que permanecieran «desenchufados» del Presupuesto autonómico, en palabras del consejero de Economía y Empleo, Graciano Torre.

Pero el anuncio de Pescador supone una vuelta de tuerca más, inesperada tanto para los responsables de la Fundación, que actualmente cuenta con una plantilla de veintitrés trabajadores, como para los casi tres mil beneficiarios de los servicios que presta, entre los que se encuentran doscientas cincuenta empresas y decenas de becarios. Según la propia dirección, encabezada por Ángeles Álvarez, el coste del mantenimiento de la Fundación no supera los 500.000 euros anuales, frente a los seis millones que capta en programas de ayudas para la ciencia.

La comparencia de Gonzalo Pescador en la Junta General levantó duras críticas por parte del Partido Popular, formación que había solicitado la comparecencia del director general de Economía e Innovación. La diputada Susana López Ares acusó al Gobierno de Javier Fernández de «no saber qué hacer con la ciencia» en Asturias. «No sólo llevamos sin un plan de investigación desde 2010, sino que también vamos a seguir esperando por él varios meses», señaló la parlamentaria. Además, advirtió que el Ejecutivo socialista «sigue sin aclarar cuáles van a ser las áreas y las líneas estratégicas a seguir en esta materia, ni qué van a hacer para que las empresas inviertan más en innovación». La popular indicó que la disminución en un millón de euros de los fondos derivados desde el sector privado a la Universidad durante 2012 es «un dato preocupante». Y denunció que el Principado tan sólo dedica el 0,94 por ciento de su PIB a la I+D+i, frente al tres por ciento que aconseja Europa. «Estamos en niveles de Brasil. No saben cómo actuar», concluyó.