El pacto del PSOE con los dos partidos que apoyaron el Gobierno de Javier Fernández zozobra. El nuevo episodio de desencuentros entre los socialistas, Izquierda Unida y UPyD está a la vuelta de la esquina después de que la coalición de izquierdas y el partido magenta incluyeran la toma en consideración de la reforma de la ley Electoral en el orden del día del Pleno que se celebrará en la tarde del próximo jueves.

La Junta General del Principado vivirá su particular tarde de "Halloween", ya que los cinco grupos de la Cámara acordaron ayer de manera excepcional modificar el calendario de las sesiones. Los plenos tienen lugar habitualmente la tarde del jueves y la mañana del viernes pero la coincidencia de la festividad del 1 de noviembre ha obligado a concentrar las sesiones de control al gobierno y el debate de las proposiciones de ley en la jornada del jueves. De esta forma, el Parlamento asturiano tendrá ocasión de escenificar entre el PSOE, IU y UPyD una versión "sui generis" del "truco o trato", propio de la última tarde-noche del mes de octubre, a cuenta de la reforma de la ley Electoral, que amenaza con hacer saltar por los aires el acuerdo sobre el que se sustenta la gobernabilidad del Principado.

El portavoz del PSOE, Fernando Lastra, advirtió ayer de que su partido ni siquiera respaldará la toma en consideración de la ley de reforma electoral si no cuenta con el apoyo de "más de 23 votos". Curtido en unas cuantas batallas y enredos parlamentarios, Lastra trató de hacer un guiño al PP asturiano para que respalde una reforma legislativa con la que Mercedes Fernández no ha simpatizado en momento alguno, hasta el punto de que en el pasado debate de la región aseguró que ese asunto "les importa un bledo" a los desempleados asturianos. "Lastra está obligado a guiñar varios ojos a la vez todo el día", ironizó la dirigente del PP, que volvió a insistir en que su partido, "como muchos asturianos, quiere reducir el Parlamento regional a 35 diputados". Así las cosas, y con la portavoz de Foro, Cristina Coto, alimentando el suspense con el voto de su grupo -habitualmente favorable a que se discutan las leyes aunque luego no las apoye- tanto IU como UPyD dirigieron ayer sus críticas hacia el Grupo Socialista como ya habían hecho en el debate sobre el estado de la región. "Sería una tomadura de pelo", dijo el portavoz de IU, o "una burla y una tomadura de pelo", en palabras del diputado de UPyD, que el PSOE no apoyase la toma en consideración de una proposición de ley que "los socialistas firmaron hace un mes", recordó ayer Ángel González. El PSOE se mantiene firme y no parece dispuesto a alimentar el trato con sus socios por mucho que la reforma electoral sea algo más serio que "una golosina" para los dos partidos que primero apoyaron la investidura de Javier Fernández y luego sus Presupuestos. Está por ver si hay "truco" con las cuentas de 2014.