Es cierto que la alta presencia de foca gris en Asturias durante las últimas semanas está relacionada con el temporal, pero el gerente de Cepesma, Luis Laria, también sostiene que "no es extraño que la especie busque otras zonas donde asentarse". La foca gris, continúa Laria, tal vez tuvo una presencia "estable" en la cornisa cantábrica hace 20.000 años. No hay datos fiables ni científicos, "pero sí pinturas rupestres en el caso de Asturias y topónimos en el de Galicia".

El gerente de Cepesma añade que por variaciones en el hábitat oceánico, especies de animales como la foca común pueden buscar otras zonas donde alimentarse e incluso criar. En Asturias, desde el año 2000 "es habitual la presencia de este animal". El año pasado recalaron en la costa asturiana cuatro ejemplares (que sepa Cepesma). De ellos, sólo uno necesitó de cuidados del ser humano. Esa foca "tan especial" fue "Playu", hallada cerca de la iglesia de San Pedro de Gijón en febrero de 2013 y en estado crítico. Llegó al centro de recuperación de la coordinadora con 11,5 kilos de peso. Se soltó en alta mar mes y medio después con 44 kilos.

Cepesma estima que por el temporal y por movimientos todavía por estudiar, el Cantábrico puede ser el hogar, ahora mismo, de centenares de focas.