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Compás de espera en la variante de Pajares

La nueva salida ferroviaria a la Meseta, con los trabajos al ralentí, cumplió ayer diez años pendiente del inminente inicio de las últimas obras

Las obras de la variante de Pajares cumplieron ayer diez años enfrascadas en un compás de espera. Tras la excavación de los túneles bajo la Cordillera y con casi el 99% de la plataforma ferroviaria lista entre Pola de Lena y La Robla, los trabajos permanecen ahora al ralentí a la espera de que se acometan, en breve, las actuaciones definitivas para acabar con las filtraciones de agua y con la inestabilidad de una ladera de las inmediaciones de Campomanes, los dos puntos críticos de un proyecto presupuestado en 3.500 millones. Además, en los próximos meses también irán arrancando las obras de toda la superestructura -consistente en vías, electrificación, señalización y seguridad- a las que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), dependiente del Ministerio de Fomento, ha destinado en los últimos meses 125 millones entre licitaciones y adjudicaciones.

Todos los grandes contratos de la Variante están en marcha con las vistas puestas en que el trazado pueda entrar en servicio -con un solo tubo operativo y en ancho ibérico de Renfe- antes de que concluya la presente legislatura, en noviembre de 2015. Ese es el objetivo, que no el compromiso, de la ministra de Fomento, Ana Pastor, que garantiza todo el dinero necesario para terminar la actuación, pero no descarta que las complicaciones técnicas deriven en nuevas demoras. Según el calendario del Gobierno de José María Aznar, con el que se puso la primera dovela el 11 de junio de 2004, la Variante debería de haber entrado en servicio en 2010. Si atendemos al de José Luis Rodríguez Zapatero, con quien se inició la excavación en julio de 2005, la inauguración debería de haberse producido en 2009.

Justo diez años después de que se colocase la primera dovela del trazado, LA NUEVA ESPAÑA realizó ayer una visita a las obras y pudo comprobar que, en estos momentos, y a la espera de que arranque la fase definitiva de los trabajos, mantienen un ritmo bajo, tanto en la vertiente asturiana como en la leonesa. Iniciando el recorrido desde Pola de Lena, la plataforma ferroviaria está totalmente lista, sólo pendiente de la instalación de vías y catenarias, hasta Campomanes, donde se encuentra una de las zonas complicadas del trazado y aún no resuelta. Es la ladera situada en la margen derecha del gran viaducto de arranque de la autovía del Huerna. Pese a los esfuerzos de las constructoras, el terreno se venía literalmente abajo, obligando al Adif a encargar un proyecto específico al ingeniero Eduardo Pradera, perfecto conocedor de la zona. El talud inestable se extiende en línea recta durante dos kilómetros y presenta cinco puntos conflictivos. Pradera entregó el pasado agosto un estudio detallado en el que ofrece un ramillete de alternativas para solventar cada problema concreto. El Adif da los últimos retoques al proyecto definitivo, cuya ejecución ocupará en torno a un año, según los cálculos iniciales. Ayer, a la espera de que se inicien esos trabajos, no había actividad alguna en este enclave.

La carretera que sigue el trazado de la futura línea de Alta Velocidad desde Campomanes hasta Los Pontones, donde se encuentran los emboquilles asturianos de los grandes túneles, está flanqueado por las grandes explanadas y las naves, ya abandonadas, en las que estuvieron las plantas de elaboración de dovelas para el revestimiento de los tubos. El intenso tráfico de camiones de hace unos años, cuando la excavación de los pasos subterráneos estaba en su apogeo, ha pasado a la historia, para alivio de los vecinos.

A mediodía, en el bar de Los Pontones, a un paso de la boca de los túneles, hacen tertulia tres o cuatro parroquianos. La responsable del establecimiento confirma que en la parte asturiana de la Variante apenas hay una veintena de trabajadores. Nada que ver con lo que sucedía allá por 2007, cuando la actuación ocupaba en Lena a cientos de operarios. Marisa Serrano, que regenta un hotel en la zona, también comparte que el ritmo de los trabajos es ahora muy bajo. Una visita a los tajos confirma las impresiones vecinales. Las obras se limitan, casi exclusivamente, a labores de mantenimiento y de canalización de las filtraciones de agua a los tubos, que siguen siendo importantes. A las dos plantas depuradoras de Los Pontones vertían ayer directamente de los túneles dos grandes chorros de agua, que, tras ser tratados, salen al río Huerna por sendas canalizaciones.

Es el "manantial" del que habla Pastor cuando se refiere a las complicaciones técnicas de la Variante. Un equipo de expertos dependientes del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está ultimando un sistema especial de sellado de los túneles, desarrollado específicamente para Pajares, con el que el Adif espera dar por solventado el problema del agua. De momento, el Ministerio ha destinado más de 250 millones de euros a atajar las filtraciones. La gestión de esta complicación en las etapas al frente de Fomento del hoy líder de Foro, Francisco Álvarez-Cascos, y del socialista José Blanco, ha recibido numerosas críticas. En el primer caso, por las carencias en los proyectos. En el segundo, por no haber atendido las advertencias de atajar las entradas de agua durante la ejecución de los trabajos.

Las filtraciones son más relevantes en León, donde el ritmo de obra también ha descendido, aunque menos que en Asturias. Los trabajos -una década después de la primera dovela y siempre que no haya demoras- cogerán de nuevo velocidad en los próximos meses. Entrarán, por fin, en la recta final.

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