La proliferación en Asturias de carreras deportivas de alta montaña que discurren por zonas habitadas por el oso pardo ha generado malestar entre algunos conservacionistas, preocupados por el impacto negativo que puedan tener estas pruebas en la vida y el desarrollo de la especie. La idoneidad o no de estas citas atléticas, en las que cientos de personas atraviesan parques naturales e invaden el espacio de los osos, fue debatida ayer en Oviedo por la Consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos, María Jesús Álvarez y los representantes del Consejo Asesor de la especie, reunido ayer por primera vez desde su creación. El debate, en este caso, no fue la presencia del oso en los pueblos sino al revés: la de las personas en el espacio de los plantígrados.

El encuentro sirvió para comprobar las posturas enfrentadas entre los que piensan que este tipo de pruebas dañan la Naturaleza e impactan negativamente sobre el hábitat del animal y los que sostienen que no afectan en nada a la vida de los osos y generan economía local.

Aunque todas ellas se anuncian con detalle desde hace varios meses en internet, la Administración todavía no ha autorizado oficialmente ninguna de las estudiadas ayer: el "Ultra Trail Desafío Oso Somiedo" (2 de agosto), "El Desafío Vertical en el parque de las Ubiñas" (16 de agosto), el "Ultra Trail de las Ubiñas" (17 de agosto) y "Los Guayos del Diablo" (13 de septiembre).

Sin embargo, es posible que hoy, en la reunión de la consejera con el Consejo Rector del Parque Natural de Somiedo, se apruebe definitivamente la carrera de Somiedo, una cita cuya celebración el año pasado levantó una polvareda de desavenencias entre dos organizaciones conservacionistas: el Fondo para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS) y la Fundación Oso Pardo (FOP). Sus presidentes, Roberto Hartasánchez y Guillermo Palomero, respectivamente, volvieron a expresar ayer posturas enfrentadas. "Las vemos muy positivas: no interfieren en la vida del animal, van por rutas deseadas y son compatibles con los parques naturales", aseguró ayer Palomero, que señaló que los trazados de las carreras son "inocuos" y que "en absoluto" ponen en peligro a los osos. Hartasánchez, por su parte, declaró que "son peligrosas" ya que "es una actividad que no está regulada en los planes de uso y gestión de los parques y que no tiene encaje en territorios con vocación de diversidad desde hace años . Son peligrosas".

Una línea respaldada por Javier Naves, biólogo de la Universidad de Oviedo, que instó a al Principado a formular unas pautas más generales: "Debería haber una forma más global de pensar en esto: qué tipo de carreras se pueden hacer, dónde, cuántas, de qué manera, con qué frecuencia...".

Por otra parte, en el Consejo se informó de que la osezna "Molinera" evoluciona bien, pesa 37 kilos y que seguirá de momento en el cercado pequeño de Santo Adriano.