La fuerte borrasca que ejerce su influencia sobre el litoral Cantábrico prolongará hoy su combinación de fenómenos adversos de todo tipo. En Asturias se mantiene hoy la alerta naranja por riesgo importante de fuerte oleaje en toda la costa y por acumulaciones de nieve en las alturas de los Picos de Europa y la Cordillera, mientras que el nivel de aviso es amarillo, el inmediatamente inferior, por la intensidad prevista de las lluvias y del viento en toda la región. Es, en suma, la misma situación de ayer, cuando el granizo, la lluvia, la nieve y el viento dejaron un reguero de incidencias por todo el Principado en forma de tejados arrancados, accidentes, cortes de luz y de carreteras y la flota de bajura amarrada. Se espera que remita a partir de mañana.

De momento, ayer, a la tempestad se le podía seguir la pista por toda la región a través de los efectos del viento, que llegó a 143 kilómetros por hora en Cabrales, el tercer valor más alto de España, y de la lluvia, casi 39 litros por metro cuadrado en el Cabo Peñas, el segundo registro del país. El vendaval arrancó un trozo de la cubierta de un centro de salud en Mieres y en algunas zonas de la villa se registraron asimismo cortes de luz, igual que en el concejo de Belmonte de Miranda, donde los vecinos de San Bartolomé, Longoria y Oviñana pasaron cinco horas sin fluido eléctrico debido a una tormenta que cayó en la zona hacia las once y media de la mañana. En Noreña, más o menos a la misma hora y en una estampa repetida por toda la región, la caída de un árbol cortó la avenida de Buenavista. En Avilés, las incidencias leves, con la caída de elementos de las fachadas, obligó a cortar varios tramos de calles y a cerrar hasta hoy el parque de Ferrera a consecuencia de una revisión pendiente tras la caída de árboles.

La fuerte granizada de las tres y media de la tarde provocó, entre otros, dos accidentes en el mismo punto de la Autovía del Cantábrico en Villaviciosa, con cinco coches implicados, aunque sin heridos.

Además, los seis barcos pesqueros con base en el puerto de Bustio (Ribadedeva) tuvieron que refugiarse ya en la tarde del lunes en el puerto de Llanes ante la imposibilidad de entrar en las instalaciones ribadevenses. Los marineros tuvieron que elegir entre esperar hasta las siete de la tarde, ya que antes, con la marea baja, resultaba imposible entrar, o refugiarse en el puerto llanisco. La mala climatología los llevó a tomar la segunda opción.

En las alturas, la nieve obstaculizó el tráfico en las carreteras de montaña. Cerró el paso por el puerto de San Isidro, dejó Pajares sin tránsito de camiones e hizo necesario el uso de cadenas para circular por El Palo, El Pozo de las Mujeres Muertas, Leitariegos, el Connio, Tarna, Cerredo, Somiedo, San Lorenzo y Ventana, así como Pajares para los turismos.