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MATERIA GRIS | LOS TALENTOS DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO

Berta López: "La sociedad no entiende de medidas a largo plazo ante el envejecimiento"

La geógrafa, experta en fenómenos poblacionales, denuncia una "visión peyorativa de lo agrario" que ha contribuido al abandono de las zonas rurales

Berta López, delante de un póster, en el departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo. Nacho Orejas

Berta López hace investigaciones a gran escala. Esta geógrafa ha dedicado su trayectoria a la cartografía temática, es decir, a la elaboración de mapas que permitan observar la evolución de la población de un determinado territorio desde diferentes puntos de vista. Inició su carrera con una tesis dedicada al espacio social de Gijón y, desde entonces, ha desarrollado numerosos proyectos para desentrañar este tipo de variables a nivel regional y nacional. Una de sus últimas aportaciones ha consistido en la publicación, junto a varios compañeros de la Universidad de Oviedo, del "Atlas Temático de España", una obra de grandes proporciones que ha situado al departamento asturiano de su especialidad como un referente. "Asturias no atraviesa una crisis demográfica, sino un declive, que es algo más contundente porque, al fin y al cabo, las crisis empiezan para acabar. En el Principado vivimos una tendencia más profunda, de solución casi imposible", explica.

La profesora se especializó en Geografía de la Población poco después de obtener su licenciatura con una tesis dedicada a descifrar Gijón a través de su población, usando el censo de 1981, el primero que se pudo consultar en soporte digital. "Elegí esta ciudad porque es la más poblada de Asturias y porque, aunque estaba estudiada desde muchos puntos de vista, faltaba un análisis extenso sobre su contenido social, es decir, una explicación de los aspectos sociales observados espacialmente", comenta López. El resultado fue un trabajo extenso, plagado de mapas, donde se analizan, incluso por manzanas censales, infinidad de asuntos, desde la cualificación de los trabajadores que viven en un determinado lugar hasta los votos obtenidos por los distintos partidos en uno u otro barrio.

"Mi objetivo era explicar las diferencias espaciales en el proceso de construcción de la ciudad", comenta la especialista, que dedicó casi una década a reunir todos los datos necesarios para elaborar los diferentes mapas. "Una de las conclusiones a las que llegué es que existe una correspondencia muy clara entre la forma de construir una zona urbana, como un barrio proletario, con su contenido social", comenta. "Otro aspecto interesante que pude comprobar es que el teñido social se perpetúa en el tiempo. O, lo que es lo mismo, las zonas obreras siguen siéndolo años después; lo mismo que el ensanche burgués conserva su esencia", remata.

Ese primer análisis eminentemente local dio paso después a otros de ámbito regional, que llevaron a López a indagar en diferentes aspectos poblacionales de Asturias, con su participación en proyectos como el "Atlas Social de las Mujeres en Asturias", encargado por el Gobierno autonómico a principios de los noventa. Un informe que permitió acercarse hasta fenómenos apenas conocidos por entonces, como la superioridad numérica de los varones jóvenes en la inmensa mayoría de las parroquias rurales, en contraste con la situación de las ciudades. "Nos percatamos de que existía una deserción femenina en el campo debido a que muchas mujeres buscaban su futuro en la ciudad. Esto se debía, fundamentalmente, a que no iban a ser las responsables de las explotaciones agrarias de sus padres, que quedaban en manos de los hombres. Y también a que muchas habían realizado ya estudios lejos de casa, lo que motivaba una primera ruptura de los lazos con su lugar de origen, que facilitaba su posterior distanciamiento de forma definitiva", comenta la docente.

La geógrafa sostiene que esta tendencia se ha frenado en los últimos tiempos debido a la mejora de las comunicaciones y a los cambios que ha sufrido el ámbito rural asturiano, afectado ahora por un progresivo despoblamiento. "Este fenómeno presenta, en toda España, una peculiaridad con respecto a otros lugares: se produjo en muy poco tiempo. Lo que destruyó buena parte del tejido vital en estas áreas", señala. Aunque también advierte componentes de índole cultural. "En nuestro país, lo agrario tiene un componente peyorativo; no se han desarrollado políticas para mantener este entorno como en otras naciones", afirma.

López también sigue de cerca otro de los grandes males de la sociedad asturiana contemporánea: el envejecimiento. "Es un problema común a cualquier población moderna que, incluso, se empieza a notar en algunos lugares de China. En este sentido, existen dos motores de crecimiento: la llegada de inmigración y el aumento de la natalidad. Si no eres Baviera para ofrecer empleo, estás abocado a nuestra realidad actual", sentencia. Y es pesimista ante un posible cambio de tendencia. "Las medidas para favorecer los nacimientos no logran resultados de inmediato y la sociedad actual, con sus dirigentes a la cabeza, no entiende sobre el largo plazo", sentencia. "Creo que, más que combatir la actual evolución de forma más o menos desesperada, debemos aprender a convivir con ella", apunta.

Este declive demográfico asturiano afecta también, con matices, al resto de España, como quedó demostrado en el atlas nacional de varios tomos publicado en 2010 por docentes de la Universidad de Oviedo (López se encargó del análisis poblacional). Una enorme tarea que encontró problemas de financiación, pero que finalmente salió adelante gracias al empeño de los autores. "En otro país es posible que este trabajo hubiera quedado en manos del Instituto Geográfico Nacional. Aquí lo asumimos nosotros. Por eso creo que la investigación es fundamental en el ámbito académico, incluso para evitar un descenso de la calidad de la docencia", concluye esta experta en contemplar la sociedad desde un ángulo distinto.

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