Al otro lado del teléfono, Juan Francisco García Marín (La Rioja, 1957) suena claro y tan contundente que a veces parece molesto. Es el autor de la necropsia realizada al oso muerto en Quirós, documento hecho público el martes por el Principado y adelantado un día antes por este periódico. Marín, catedrático de Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León, lleva dos décadas colaborando con el Principado, al que ayuda a esclarecer muertes de animales, la última la de este plantígrado fallecido, dice el texto, por una infección natural. El informe ha levantado una polémica que a él le cuesta entender. El Fondo para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS) duda de su credibilidad e independencia y sospecha que la muerte se debió a un disparo. De hecho, ha pedido a la fiscalía una nueva necropsia. Es mediodía y está en su despacho. Responde a todo.
-¿Cuántas necropsias ha hecho en su vida?
-¿De oso?
-Sí.
-Directamente por mí, once. Eso no quiere decir que no haya participado en más intercambiando información.
-¿Y del resto de animales?
-Varias decenas de miles. La última, un ternero que me trajeron de Asturias, precisamente.
-La del oso de Quirós tardó 28 días en salir. ¿Por qué tanto?
-Si fuera una vaca, los resultados los doy en el mismo día. Pero es un oso y preferimos esperar.
-¿Esperar a qué?
-A tener la confirmación por escrito. El mismo día en que le hice la necropsia estaba seguro al cien por cien de que el animal había muerto por una miositis gangrenosa, pero esperamos a que nos dijeran qué bacteria era. Preferimos hacerlo así porque sabemos que allí (en Asturias) hay mucha polémica con esto.
-¿A qué se refiere?
-Hay personas que son capaces de hacer un diagnóstico de oídas, sin haber visto el animal, y eso me impresiona.
-¿Lo dice por el FAPAS?
-No entiendo qué buscan.
-Sospechan que pudo ser un disparo.
-No hay trayectos en las heridas. Ni un solo trayecto en músculos ni en huesos. Cuando es un disparo es muy fácil de discernir. Se puede ver el tipo que es, el proyectil, la trayectoria... En este caso no fue así.
-¿Y el orificio que tenía en el pecho? ¿Qué era?
-Una herida puramente superficial. Los bordes de la piel son blancos, claros. No hay signos de hemorragia. Se ven coágulos de sangre, pero esa herida no es profunda. Es subcutánea, pero no profunda. Si tiene el boquete que dicen y es un tiro, ¿cómo es posible que no haya sangre en los pelos de alrededor? ¿Cómo es posible que no haya sangre en la piel que lo recubre?
-¿Y es posible que un oso se pelee con otro y no sangre?
-Las peleas no son siempre entre machos dominantes que se destrozan. A veces son, simplemente, para apartar a otro de su territorio. Pero en el informe no decimos en ningún momento que el oso murió por la pelea con otro oso. Ni que se pelease con otro oso. Eso es una posibilidad. Decimos que pudo haber una pelea con otro animal. Pero la causa no es ésa. La causa de la muerte es la infección por bacterias "Clostridium". Eso quiero dejarlo claro.
-La misma bacteria, por cierto, que causó la muerte del oso de Porley en 2012.
-Se da también en vacas. Se están realizando estudios para analizar su implantación.
-Este ejemplar tenía múltiples traumatismos.
-Orificios y golpes por todo el cuerpo. Tenía un hematoma grande en la zona lumbar, en el lado contrario de donde tenía el otro. Eran heridas perimortem, es decir, de cuando el animal ya está muy enfermo.
-También estaba extremadamente delgado.
-Pesaba unos 60 kilos. Los osos en esta época pesan menos. Al estar reciente la salida de la hibernación y ser época de celo, la comida es muy concreta, se alimentan de vegetales.
-Ése es uno de los argumentos que utiliza el FAPAS para poner en duda los resultados.
-Pero en este caso es distinto. Este oso tenía alteraciones de grasa muy concretas, como la coronaria del corazón. Eso no es grasa de reserva, es de protección. Cuando esa grasa comienza a desaparecer se transforma en un tejido de aspecto gelatinoso. Cuando ese proceso se completa decimos que tiene caquexia (un estado de desnutrición próximo a la anorexia). Y este animal tenía un estado cercano a la caquexia. Conozco mi oficio perfectamente y sé distinguir bien lo que es un animal delgado de lo que es un animal con adelgazamiento extremo.
-¿Que el cadáver haya aparecido junto a una carretera es algo casual?
-No vi las fotos del día que se encontró el oso hasta que completé la necropsia. Hay imágenes en las que se ve que hay hierba aplastada que parece delimitar un trayecto. Pero no lo sé. No estuve en el levantamiento del cadáver. Mi trabajo es detallar por qué murió.
-El FAPAS hizo una reconstrucción sobre el terreno.
-Me parece muy bien, pero pido que nos dejen hacer el trabajo a cada uno. Lo que no admito son difamaciones de ese tipo. Personas que no han visto al animal y se atreven a poner en duda nuestra independencia.
-Han pedido una nueva necropsia con "técnicos independientes".
-Yo soy independiente. Me parece una osadía que el FAPAS pueda insinuar lo contrario y decir todo lo que está diciendo sin haber visto siquiera al animal. Ellos no son expertos en necropsias. La necropsia del oso de Quirós es totalmente fiable. Yo jamás, y repito jamás, he hecho un diagnóstico al dictado de nadie. La Universidad y yo somos independientes.
-¿Cuántos técnicos del Principado hubo durante la realización de la necropsia?
-Dos, pero no influyeron en nada. Simplemente observaron y nada más. Nadie nunca nos ha dicho nada de cómo hacer nuestro trabajo. Si el FAPAS quiere un debate, lo tendrá. Si quieren que haga otra persona la necropsia, que se lo digan al Principado. Nosotros tenemos un servicio de diagnóstico y nos vienen de todas partes de España.
