Solución definitiva para la reorganización de los estudios de Ciencias de la Salud tras la apertura del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Los alumnos de primer y segundo curso de la titulación de Medicina tendrán todas sus clases en la actual sede de la Facultad, ubicada en el campus ovetense del Cristo, mientras que los más de 600 que están matriculados entre tercero y sexto recibirán tanto la formación teórica como la práctica en los aularios y los laboratorios del recién inaugurado centro sanitario de la capital. Los de Enfermería, Fisioterapia y Odontología alternarán ambas ubicaciones ante la falta de espacio en La Cadellada. Esta distribución es fruto del acuerdo alcanzado por los dirigentes académicos y los responsables de la consejería de Sanidad del Principado tras las tres reuniones que han mantenido durante agosto. Y pone fin a la incertidumbre creada durante los últimos meses.
El reparto de los alumnos de Medicina divide la Facultad en dos sedes, pero trata de evitar que la inmensa mayoría se vean obligados a trasladarse a diario entre el Cristo y el nuevo HUCA, situado en el otro extremo de Oviedo. Por eso, todos los matriculados en los cursos con prácticas clínicas recibirán también los conocimientos teóricos en los aularios del hospital. De esta forma, triunfan las pretensiones de la Universidad, que desde hace meses negociaba con el Principado a contrarreloj una solución para los cientos de estudiantes afectados y que había incluido esta opción en los planes docentes aprobados el pasado mes de julio por el Consejo de Gobierno, a instancias del decano del centro, Alfonso López Muñiz.
El acuerdo, que será ratificado en un encuentro entre ambas partes antes del inminente inicio del curso académico, supone que 300 de los 900 estudiantes de Medicina (todos los que no tienen prácticas) prosigan con su formación en el Cristo, mientras que el resto sea derivado a La Cadellada. No ocurrirá lo mismo con los matriculados en el resto de grados impartidos en la Facultad (Fisioterapia, Enfermería y Odontología), que compaginarán ambas ubicaciones, con unos horarios adaptados a la nueva situación.
Lo mismo tendrán que hacer las decenas de profesores que impartan asignaturas en diferentes cursos, obligados a trasladarse regularmente entre las dos sedes de la Facultad. Otro aspecto que aún está por cerrar es el reparto definitivo de los despachos, ya que muchos docentes no tendrán hueco en La Cadellada. Sí está decidido que el Decanato y los servicios administrativos, como la Secretaría, permanezcan en el Cristo.
La distribución pactada ha acelerado durante este mes los trabajos de acondicionamiento de los espacios que ocuparán los alumnos en el HUCA, con la adquisición por parte del Principado del mobiliario y de numerosos aparatos electrónicos, como ordenadores y televisiones. Unas tareas que avanzan a buen ritmo y que estarán rematadas la próxima semana, justo antes del arranque de las clases, previsto para el 9 de septiembre. De esta forma, se ahuyenta el fantasma de un posible retraso del inicio de las actividades docentes en el hospital, que ha planeado durante todo el verano.
Una vez concluidos los trabajos, el prinicipal problema organizativo al que se enfrentarán los dirigentes académicos será la falta de espacio en algunas de las aulas, ya que están diseñadas para acoger a poco más de un centenar de alumnos, cuando Medicina cuenta con 150 por curso. Este asunto será tratado en una reunión de la comisión mixta de la Universidad de Oviedo y el Gobierno autonómico que tendrá lugar el próximo 10 de septiembre, con la presencia del rector, Vicente Gotor, y del consejero de Sanidad, Faustino Blanco.
Se trata del último fleco suelto en las negociaciones para completar el complejo traslado de parte de la Facultad de Medicina a La Cadellada. Un proceso largo y tortuoso que ha traído de cabeza a los dirigentes universitarios desde hace meses y que ahora está a punto de concluir.
