La angula batió ayer en Ribadesella todos los récords de esta costera en la región. El primer lote se vendió a 3.000 euros el kilo y los otros dos a 2.250, las dos mayores cifras de la historia, por encima de los 2.113 euros que alcanzó el alevín en 2010 en la subasta de San Juan de la Arena. Entre la media docena de pujadores que se presentaron en la lonja riosellana a las once de la mañana había uno, Félix Pedrueza, de la empresa praviana Angunalón, que representaba al restaurante madrileño La Chalana, sin que el resto lo supiera. Cuando paró la cuenta en los 3.000 euros la sorpresa fue mayúscula entre los compradores y muy feliz para la quincena de anguleros que llevaron casi cuatro kilos de capturas.

Esta cantidad es casi la cuarta parte de lo pescado en la temporada pasada, pero todos coincidieron en eludir comparaciones, pues entonces hubo unas condiciones en la mar y de la Luna muy favorables, al contrario de lo que sucedió en la noche del sábado, cuando la mar estuvo bella, el agua clara y la Luna creciente. Además de los 1.635 kilos de angula que se fueron para la capital española, el restaurante riosellano Casa Tista, de Toriello, y El Campanu, con locales en Oviedo, Cangas de Onís y Ribadesella, se llevaron 970 y 1.650 gramos respectivamente.

"No dudamos, teníamos claro lo que teníamos que pagar", explicó Pedrueza tras la subasta, quien fichó desde un principio el lote que quería "por el color y el grosor de las angulas". Si bien el empresario es un habitual de la cofradía riosellana, en la que encuentra "la mejor angula de Asturias", no sucede así con el restaurador, Carlos Suárez, propietario del establecimiento, que explicó que la de ayer fue una excepción para "hacer patria" y llevar a Madrid "lo mejor" de la región. Según apuntó Pedrueza, hacen falta unas 2.300 angulas de las que compraron para formar un kilo, lo que arroja la friolera de 1,3 euros por angula. Este precio no será, obviamente, proporcional en la ración que servirán en la capital española, que costará entre 100 y 120 euros, ya que el resto del beneficio se obtiene de la promoción. Los otros dos compradores son fieles a la lonja riosellana y a esta primera subasta. José Bautista Gonzalo Hevia, de Casa Tista, ya tenía antes de la venta "la angula prácticamente vendida, como para no llevarla", añadió. Borja Martínez, de El Campanu, también tenía comensales esperando, casi ya sentados a la mesa, para degustar la primera angula de la temporada.

En San Juan de la Arena también arrancó la temporada. "El Nalón es nuestra mina y las angulas son nuestro oro", afirmó, ayer, Pura Alvaré, mayorista, tras llevarse los primeros trescientos gramos de angula de la temporada, por los que pagó alrededor de quinientos euros. El destinatario es un particular que prefiere mantenerse en el anonimato, aunque Alvaré, natural de la localidad costera, sí desveló que los alevines tenían su destino fuera de Asturias. La primera subasta de la temporada en Soto del Barco se saldó con un precio de 900 euros por kilo. Hasta la rula llegaron tan sólo trescientos gramos, capturados entre dos pescadores, Pablo Riesgo, de Pravia, y José González, de Valdés. También llegaron 140 gramos de angula muerta, que se vendió a la mitad de precio porque no sirve para los viveros. "Esperemos que la temporada sea tan buena como la del año pasado y que favorezca la economía del pueblo porque la gente lo necesita", dijo Alvaré.

La negociación entre el subastador, Pepe Díaz y Alvaré fue rápida y de palabra porque el ordenador estaba estropeado, lo que generó malestar entre el resto de compradores, que prácticamente se enteraron de la venta cuando el precio estaba cerrado. A las diez y media de la mañana la puja había finalizado. "Hice un jaque mate. Empezó en 2.000 euros y fue bajando hasta que 900 me pareció un buen precio ¡Y que se queje!", exclamó la mayorista. Alvaré estima que los costes de la angula bajaran mucho hasta Navidad.

Pese a los altos precios que alcanzas las angulas, son un producto muy demandado en la zona, detalla Delfín García, también mayorista. "A los restaurantes les gusta tener las primeras, luego el precio dependerá de su hay o no pero demanda hay mucha", declaró. En la rula de La Arena también estaba la hostelera Mónica Paíno, del restaurante El Pescador, dispuesta a llevarse, por cuarto año consecutivo, las primeras angulas de la temporada. "Si me las llevo ya tengo comensales para hoy, la gente lleva todo el mes llamando porque gusta mucho", señaló.

Uno de los anguleros que acudió a la rula, Pablo Riesgo, explicó que la primera noche de pesca fue complicada. "La mar estaba como un plato pero no había suficiente oscuridad, esta semana será complicada pero pronto llegará la luna nueva, lo mejor para cogerlas porque las noches son más oscuras", detalló. Al final, las angulas ruladas en San Juan de la Arena fueron enviadas fuera de Asturias, con destino secreto: "Mucha gente que puede comerla no quiere que la vean porque no son tiempos para fardar, además un kilo de angulas abre muchas puertas", conluyó Alvaré.