La toalla y el bañador se imponen al maletín. Con algo más de un millón de usuarios anuales, el número de viajes de negocios en el aeropuerto de Asturias ha caído un 14 por ciento en los últimos años, debido a la creciente orientación de la cartelera de vuelos hacia el ocio y el turismo, a los recortes que se han producido en las conexiones con los grandes centros nacionales e internacionales de vuelos y a los altos precios que rigen en la ruta con Madrid desde que la salida de Air Europa dejó esta línea en exclusiva para Iberia.
La instalación en Santiago del Monte de la primera base española de Volotea -en mayo de 2015- incrementará la tendencia turística de la terminal asturiana, ya que esta aerolínea de bajo coste no vuela a grandes aeropuertos y no tiene previsto hacerlo ni en el corto ni en el medio plazo.
Los expertos del comité de coordinación aeroportuaria de Asturias confirman el cambio de perfil del usuario medio del aeropuerto. Según sus encuestas, si hace unos pocos años la mayoría de los pasajeros volaba por motivos laborales o de negocios, suponiendo un 56% del total, ahora este tipo de viajero se reduce al 42%, tras perder progresivamente peso ante quienes utilizan la terminal para vacaciones o para visitar a amigos y a parientes.
La mejora de las conexiones con Madrid y con Barcelona, así como la ampliación de la cartelera internacional -que se limita a Londres, París y Lisboa- son los principales objetivos que se marca el comité de coordinación aeroportuaria de la región para hacer de Santiago del Monte un motor de dinamismo económico.
Las mismas encuestas que dan cuenta del nuevo perfil mayoritario en el aeropuerto permiten realizar un retrato robot del usuario medio. Se trata de un hombre de nacionalidad española y residente en la ciudad de Oviedo, de entre 30 y 49 años de edad, con estudios universitarios y asalariado fijo. Accede al aeropuerto en vehículo privado y realiza una media de nueve vuelos al año, en clase turista.
