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MARÍA ANTONIA ÁLVAREZ SUÁREZ | Presidenta de la Asociación Empresa Mujer (Asem)

"Lo peor de la brecha salarial es que las mujeres tendremos pensiones más bajas"

"Nos hemos incorporado al mundo laboral mucho más rápido que los hombres al trabajo doméstico"

Antonia Álvarez, en su academia de estudios de Oviedo. LUISMA MURIAS

María Antonia Suárez lleva desde el año 2010 a las riendas de la Asociación Empresa Mujer (Asem), una organización con más de doscientas socias. Licenciada en Geografía e Historia y gerente de una compañía de formación, tiene una trayectoria profesional muy ligada al mundo de la educación. Su organización celebrará hoy en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo un acto para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, en el que intervendrá la presidenta de la cadena de supermercados Dia, Ana María Llopis. La cita será a partir de las seis de la tarde.

-¿En los últimos años se ha avanzado algo en igualdad?

-Parece que vamos a peor, que retrocedemos. Las mujeres avanzamos mucho en presencia en las aulas, en educación, en buenas notas y en la incorporación al mundo laboral, pero la desigualdad sigue estando presente. Además, ya no estamos solamente atrapadas por el techo de cristal, también por lo que se llama el suelo pegajoso. Esto significa que por nuestra experiencia y formación podríamos ocupar puestos de mayor responsabilidad, pero no lo hacemos porque debido a nuestras cargas decidimos no asumir más responsabilidades y no progresar.

-¿Y el hombre va asumiendo cargas en el hogar?

-El problema es que la mujer se ha incorporado al mundo laboral mucho más rápido de lo que el hombre lo ha hecho al doméstico. Con motivo del llamado "igual pay day" (día de la igualdad salarial del 22 de febrero), la Universidad de Oviedo difundió un estudio que dice que, de media, el hombre dedica 1,49 horas menos que la mujer a las tareas domésticas. También las estadísticas de la Agencia Tributaria indican que las mujeres ganan un promedio de 0,72 céntimos por cada euro obtenido por un hombre en Asturias. La ratio nacional es del 0,76.

-¿Y cómo se explican esas diferencias salariales?

-Hay causas objetivas y otras inexplicables. Hay estudios que han hecho un análisis del salario bruto por hora y ahí ya hay una leve desviación, con lo cual el origen ya es perverso. Si a esto se añaden todos los complementos que incluyen las nóminas y que las mujeres en la mayor parte de los casos no perciben, como antigüedad, nocturnidad o peligrosidad, la diferencia aún es más notable. En las profesiones tradicionalmente ocupadas por los hombres los salarios son mayores que las tradicionalmente ocupadas por mujeres. Eso está contemplado en los convenios colectivos.

-¿Y para qué sirven fechas como la del Día de la Mujer?

-Nos ayudan a dar visibilidad a lo que ocurre. Recientemente, varias compañeras de la asociación fueron a dar una charla a un Instituto de Oviedo y los más jóvenes se sorprenden de que haya esas diferencias. En algunos países y algunas empresas hay herramientas de transparencia para conocer la igualdad salarial, pero en España generalmente no, nadie sabe lo que cobra su compañero a menos que te lo diga.

-Hasta aquí las diferencias, pero en algo se habrá avanzado...

-Yo soy optimista. El sector donde menos discriminación se da es el vinculado a la Administración. Esto supone que las mujeres con formación universitaria tienen tendencia a irse a esos puestos. A más formación hay menos desviación salarial. Aunque hay casos sangrantes entre la gente con poca formación. Por ejemplo, en el sector de la limpieza cobran mucho más los hombres que se dedican a limpiar almacenes de empresas del metal que las mujeres que limpian oficinas, porque los convenios son diferentes.

-¿Y qué medidas harían falta para combatir esas desigualdades?

-Las mujeres se enfrentan a muchos problemas de conciliación y en una familia si alguien tiene que dejar de trabajar porque hay que atender a los niños o la casa siempre somos nosotras. Ahí los gobiernos tienen que promover escuelas de bebés, por ejemplo. Hay un dato muy significativo: los geriátricos han visto cómo en esta crisis descendía el número de residentes porque se ha comenzado a cuidar a los ancianos en casa, y esto está obligando a que la mujer se sacrifique.

-¿Hacerse empresaria es una opción?

-Es una salida al mercado laboral. Aunque esto es un arma de doble filo que te lleva a dobles o triples jornadas. A mí lo que más me preocupa de la brecha salarial es que como tenemos unos sueldos inferiores vamos a tener unas pensiones más bajas.

-¿Es partidaria de aplicar cuotas femeninas como acaba de hacer Alemania?

-En 2007 la Unión Europea recomendó que debía haber un 40% de mujeres en los consejos de las empresas del Ibex-35 y los porcentajes ni se acercan, aún estamos muy lejos. Sólo hay tres presidentas en estas compañías que representan al 4% del total. Personalmente, no soy partidaria de las cuotas porque creo que tiene que ser una cuestión de valía, pero nos han de servir como puente para incorporarnos a esos puestos porque si no nos es prácticamente imposible.

-¿Se ve la salida a la crisis?

-El cambio de tendencia parece que se va consolidando, pero ese crecimiento a la micropyme aún no ha llegado. Aunque hay empresas que están empezando a tirar.

-¿Qué objetivos inmediatos tiene su asociación?

-Nos preocupa mucho el tema de la consolidación de las empresas. Se trabaja mucho en cuestiones de emprendimiento, pero por muchos que empiecen no saldremos de ésta si al final no hay continuidad.

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