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MISAEL ARTURO LÓPEZ ZAPICO | Profesor tutor de la UNED en Asturias y profesor asociado de la Universidad Complutense

"En 2050 más de un tercio de la población norteamericana hablará castellano"

"La llegada de Obama eliminó muchas tensiones entre España y EE UU tras el enfriamiento de las relaciones en la etapa de Zapatero y Bush"

El profesor López Zapico, ayer, durante el curso en la UNED. ÁNGEL GONZÁLEZ

Misael Arturo López Zapico, profesor tutor del centro asociado de la UNED en Asturias, inauguró esta semana uno de los primeros cursos que se imparten "en diferido"; esto es, además de la opción presencial, los alumnos pueden incorporarse a la formación en el momento que deseen, una vez concluidas las ponencias, a través de un enlace que recibirán por correo electrónico para seguirlo desde su casa a la hora que prefieran. En ocho horas, el profesor López Zapico trató de condensar la evolución de las relaciones diplomáticas, económicas y culturales entre España y Estados Unidos, "De la guerra de 1898 a la Administración Obama".

-¿Cómo funciona la experiencia de curso en diferido?

-En otros centros donde se ha hecho tuvo una acogida muy buena y creo que es también el modelo de futuro. Se tratar de flexibilizar al máximo la formación, y para los tutores, que no tenemos dedicación exclusiva, también resulta más fácil compatibilizar estas actividades.

-Parece difícil condensar una etapa tan amplia en dos sesiones de cuatro horas.

-Es un poco titánico, pero es lo que tenemos.

-¿Cómo ha sido la evolución de las relaciones entre EE UU y España en los últimos 200 años?

-Siempre hubo contacto. En la propia independencia de las trece colonias ya hay un papel de España bastante importante. Y es un asunto de actualidad que se ha tratado en un congreso en el Instituto Franklin, donde ha quedado patente ese protagonismo de España, muchas veces silenciado o poco valorado desde Estados Unidos, pero que tampoco conocemos aquí.

-¿Qué llevó a España a ese segundo plano?

-Hubo un enfriamiento por los problemas internos de España en el siglo XIX que no animaban a tener una política exterior muy activa. A partir de 1898 se forjan una serie de tópicos o de miradas torcidas donde nos queda muy claro que Estados Unidos es la potencia triunfante y que el siglo XX será el siglo americano, mientras se da una imagen de una España empequeñecida. Esto lleva a que haya ciertos problemas de entendimiento, sobre todo a nivel mental. Pero si nos acercamos a la actualidad existe un elemento de nexo económico que une a España y a Estados Unidos, con relaciones comerciales y también a nivel de capital inversor con la implantación en España de numerosas multinacionales de capital norteamericano. Y ésa es una relación de continuidad. Otra continuidad de las relaciones puede ser el tema del idioma. Se prevé que para el año 2050 más de un tercio de la población norteamericana hable castellano porque tiene raíces latinas.

-¿Hasta qué punto se puede invertir la situación actual de supremacía de la economía norteamericana?

-Si desde España desarrollamos una diplomacia pública inteligente estaremos en condiciones de marcar un antes y un después. Se va a necesitar gente que hable castellano. Además, gran parte de la expansión del mercado norteamericano será hacia Latinoamérica. Si no ocupamos nosotros ese lugar, lo van a ocupar los norteamericanos. Si aprovechásemos la implantación de España en redes latinoamericanas y los tratados de libre comercio, deberíamos apostar, sin abandonar Europa, por complementarlo con Estados Unidos. Hay un campo abierto de crecimiento muy fuerte en el tema idiomático porque Estados Unidos es una de las pocas naciones occidentales que no tienen desarrollado un sistema de segunda lengua en el ámbito educativo.

-¿Cómo han cambiado las relaciones a nivel político con la Administración Obama?

-Más allá del enfriamiento de las relaciones que hubo durante la etapa de Zapatero y Bush junior, una dinámica de mal entendimiento político, la llegada de Obama eliminó muchas tensiones. Tampoco es que haya contribuido a un mejoramiento neto de la relación. Lo que hay es un tono distinto, una visión más amistosa y que se mantiene también con Rajoy. España vuelve a ser un socio fiable, aunque siempre hay tiras y aflojas, como en todas las relaciones diplomáticas.

-Aparte de la cuestión idiomática, ¿qué puede acercar ahora a EE UU y España?

-Hay ver cómo se desarrolla el nuevo tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Europa, que va a ser clave porque puede cambiar completamente el marco de las relaciones, y, por otro lado, hay una penetración más grande de empresas españolas en Estados Unidos, sobre todo aquéllas que están muy centradas en la innovación, en el sector servicios.

-¿Más oportunidades?

-Potenciar temas como la gastronomía. Muchos programas diplomáticos fueron menos exitosos para dar a conocer España que los éxitos deportivos españoles. Rafa Nadal te abre mucho más la localización de España o en temas culinarios el chef asturiano José Andrés tiene también un peso importante como creador de opinión en Estados Unidos.

-Históricamente, ¿cuál fue el momento óptimo de las relaciones entre los dos países?

-Yo creo que ahora mismo estamos viviendo los mejores momentos porque se han eliminado muchas barreras a los dos niveles, mentales y diplomáticas. Una vez eliminadas las tensiones de la etapa de Bush y Zapatero creo que han sido buenos momentos. A nivel histórico siempre hubo desajustes porque los ritmos políticos fueron diferentes, pero ahora mismo es el momento óptimo y sobre todo el futuro.

-En el capítulo económico, ¿qué cabe aprender del modelo estadounidense?

-Lo que hay que aprender es que en una economía global lo que pasa en Estados Unidos acaba afectando a todo el mundo porque es una economía con muchos retos por delante, por ejemplo, el tremendo déficit que tienen y que será un problema en los próximos años, o su competencia con los BRICS y ver cómo se desarrolla en el futuro. Quizá lo que haya que aprender también es que sus medidas de estímulo parece que están cumpliendo expectativas mientras que en Europa la austeridad sigue demostrando algunos problemas.

-¿Qué se ha llevado por delante esta crisis que no lo ha hecho en Estados Unidos?

-Estamos observando una tremenda desigualdad. España es uno de los países donde más ha crecido la desigualdad, aunque estamos a niveles por debajo de Estados Unidos, pero ello no impide que nos estemos apartando de Europa. También podemos ver el modelo norteamericano como un contramodelo, esto es, pensar si queremos ir hacia un sistema donde haya sanidad privada, donde las aseguradoras sean un lobby y donde los estudiantes universitarios salgan endeudados por diez o doce años en los dos primeros años de la carrera. Hay que reflexionar sobre eso.

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