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Los ecologistas tildan de "vergonzoso" que aún haya asturianos sin saneamiento

Los colectivos lamentan el dinero gastado en depuradoras que están abandonadas

"Es vergonzoso, inadmisible y un sinsentido en pleno siglo XXI". Con estas palabras definen las organizaciones ecologistas la situación que vive Asturias en materia de saneamiento: las aguas residuales de más de 300.000 habitantes se vierten sin depuración al mar o a los ríos. De hecho, la mayoría de concejos del Principado incumplen la normativa europea, que obligaba a tener ya en el año 2005 todas sus aguas depuradas de forma adecuada. Sin embargo, a juicio de Carlos Lastra, responsable de la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA), "la comunidad siempre lo hace todo tarde". "O bien torea las normas o bien las cumple mal", protesta.

Los conservacionistas ponen como ejemplo el gran número de depuradoras pequeñas que ahora están sin actividad y prácticamente abandonadas, pese haber invertido en ellas el Gobierno regional importantes sumas de dinero. La Coordinadora Ecologista estima que puede haber unas 300 en esta situación, a causa de la "dejación" de los ayuntamientos. "En Bañugues, tenemos una planta que está en ruina total y en Amieva todavía entró este año en funcionamiento su depuradora, después de catorce años sin funcionar por falta de luz", destaca su portavoz, Fructuoso Pontigo.

En este sentido, los ecologistas critican que en Asturias se hayan construido plantas de tratamiento de aguas residuales que resultan inefectivas al carecer la zona de saneamiento. Esto sucede en el polígono industrial de Valdredo, en Cudillero. Además, son muchos los asturianos, casi la mitad de la población, los que están pagando las tasas de saneamiento aún no teniendo este servicio. "Eso no tiene ningún sentido", opina Francisco Ramos, representante de Ecologistas en Acción en el Principado.

Ramos considera que los casos más sangrantes son los de Gijón, Oviedo y Navia, donde todavía no se ha resuelto el problema de la depuración de las aguas. "Es increíble que el 40 por ciento de la población de la capital siga vertiendo a los ríos y que en Gijón, en su área oeste, pase exactamente lo mismo", manifiesta. Con respecto a Navia, Amador Rodríguez, responsable de la plataforma Salternavia, asegura que "da pena" ver el municipio. "Está todo deteriorado y las aguas fecales ya no salen sólo por las tuberías, sino por las paredes", protesta. Aunque este año se adjudicaron las obras para levantar una depuradora en la localidad, los vecinos creen que nunca la verán operativa. "Es año electoral y no nos fiamos", dice.

Otro caso preocupante es el de Villaviciosa, donde su ría lleva cerrada al marisqueo desde octubre de 2011 por contaminación bacteriana. "Es lamentable que siendo una reserva natural parcial esté en esta condiciones", lamenta Carlos Lastra. Lo mismo sucede, según denuncian, en los Picos de Europa, con el río Duje, que recibe vertidos agrícolas.

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