Las elecciones de resultado más incierto en Asturias dependen hoy de cerca de un millón de votantes convocados a las urnas. Los indecisos, que todos los sondeos cifran en un más de un tercio; la abstención, que hace tres años batió todos sus registros en unas elecciones al Principado; los nuevos votantes, que estarán por debajo de los dos mil, y el aumento del voto emigrante, que ha crecido más del doble, son factores determinantes que tendrán su influencia en el escrutinio y en el reparto de los 45 escaños para la décima legislatura del Parlamento autonómico.

Los asturianos con derecho a voto que viven en España son 881.497 mientras que el resto, hasta 988.038, proceden de la diáspora, el llamado voto emigrante, que ya resultó decisivo en las elecciones de 2012, cuando decantó un escaño de Foro para el PSOE. En la cita de hoy habrá 1.722 votantes nuevos respecto a a la anterior cita autonómica con las urnas, jóvenes a los que la atomización de la Junta General del Principado concede gran interés como un colectivo que puede influir en la asignación final de escaños.

Otro colectivo sobre el que se centran las miradas y que se ha convertido en objeto prioritario de deseo para todos los partidos es el de los indecisos. A ellos han dirigido todos los candidatos buena parte de sus mensajes en la última semana de campaña. La encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) cifraba el porcentaje de personas indecisas en Asturias en un 34,9 por ciento. Es decir, más de un tercio del casi millón de asturianos no tenía decidido en abril pasado el sentido de su voto, lo que supone trece puntos más que hace cuatro años, cuando también coincidieron en la misma jornada electoral elecciones locales y autonómicas.

Pese a ese gran porcentaje, Asturias está a la cola del país en el ranking de la indecisión, copado por Aragón, Navarra y Canarias, todas por encima del cuarenta por ciento. Por el contrario, sólo reconocen menos indecisión en Extremadura, con el 32,8 por ciento.