El puzzle parlamentario surgido de las elecciones del 24 de mayo, sumado a la compleja situación en las ciudades más importantes de la región, Oviedo y Gijón, plantean un panorama político difícil en Asturias. A simple vista, la izquierda tiene una mayoría amplia en la Junta General del Principado (28 de 45 diputados), mientras que los partidos de centro derecha, PP, Ciudadanos y Foro, suman 17 diputados. No obstante, las particularidades de cada una de las formaciones hacen que el panorama de pactos y alianzas no sea, ni de lejos, sencillo.

La opción más probable (así la ven todos los partidos consultados) es la de un Gobierno regional encabezado por Javier Fernández, sin coalición y en minoría. La situación podría darse por la peculiaridad electoral de Asturias, que establece que en la sesión de investidura del presidente los diputados no puedan votar en contra. No sería posible, pues, un bloqueo como el que ha estado sufriendo la presidenta andaluza en funciones, Susana Díaz. En Asturias, si no hay una alianza de los partidos de centro derecha, Javier Fernández podría salir investido en segunda vuelta con los únicos votos de los suyos. Sería más adelante, a la hora de la negociación de leyes y del presupuesto, cuando tendría que "tejer" alianzas en el Parlamento, una situación que ya se dió en la anterior legislatura, cuando gobernó en solitario con solo 17 de los 45 diputados regionales.

Las fuerzas de izquierda ven "casi imposible" un gobierno de coalición. Podemos, que se presentó a las elecciones con la intención de alcanzar el Gobierno, no aceptaría entrar en un ejecutivo socialista, y los cinco diputados de IU no le dan al PSOE la mayoría absoluta que le permitiría gobernar con comodidad.

Ni Gaspar Llamazares (IU) ni Emilio León (Podemos) han aclarado aún si están dispuestos a negociar pactos de investidura, o si presentarán candidatura a la presidencia. En ninguno de los dos casos saldrían con sus propios votos, ni es probable (aunque sí matemáticamente posible) que cosechen los apoyos necesarios para disputarle la presidencia el gobierno al PSOE.

La postura del PP

El que sí lo tiene claro, y ya lo ha anunciado oficialmente, es el PP, que presentará a Mercedes Fernández como candidata a la presidencia regional en la sesión de investidura. "Somos el único referente del centro derecha en Asturias, y tenemos la obligación, con nuestros votantes y con los asturianos, de expresar en el Parlamento cuál es nuestro programa de gobierno", aseguran dirigentes populares, que destacan que su intención es "sumar a los grupos parlamentarios" que mantengan el mismo o similar programa, Ciudadanos y Foro. Una alianza exigua, 17 diputados, y muy poco probable (las diferencias entre Foro y el PP parecen aún más insalvables que las que separan al PSOE y Podemos, pero matrimonios más raros se han visto en política), que sólo conseguiría alzarse con la presidencia regional si las otras dos fuerzas de izquierda, IU y Podemos, se abstienen en la sesión de investidura. Y parece imposible que al menos IU facilite con su voto un Gobierno de Mercedes Fernández. Los cinco diputados de Llamazares serían suficientes para garantizar la investidura de Javier Fernández.

En las matemáticas parlamentarias entran posibles acuerdos que no tienen nada que ver con la lógica política, y las posibilidades se multiplican con un panorama de seis fuerzas diferentes, con distintas visiones de la cosa pública, con el añadido de las posibles combinaciones en los municipios y, para más inri, con unas elecciones generales a pocos meses, lo que obliga a ser cautos para no meterse en demasiados berenjenales. Todo ello son argumentos a favor de la solución más pacífica y menos traumática (Javier Fernández investido por la mínima), pero caben otros escenarios. Uno de los más exóticos, que algunos dirigentes socialistas consideran kafkiano pero "aritméticamente posible", sería una división a tres bandas del parlamento asturiano: los socialistas por un lado, Podemos e IU por otro, y el PP y Ciudadanos por otro. "La varita del gobierno quedaría en manos de Foro", señalan estos socialistas, que consideran "casi imposible" que en ese hipotético caso los casquistas favorecieran al PSOE o al PP. ¿Y a Podemos, teniendo en cuenta que Xixón sí Puede (candidatura avalada por la formación de Pablo Iglesias) podría darle la alcaldía de la ciduad costera a la casquista Carmen Moriyón?

Convidados de piedra

El problema de este tipo de cábalas es que afectan a terceros en discordia, convidados de piedra que poco ganarían participando en esas combinaciones. ¿Para qué iba a apoyar Ciudadanos, en esa hipotética división a tres bandas, al PP, sin opción alguna a obtener gobierno? ¿Y qué ganaría IU en ese bandazo, iniciando un camino con Foro y Podemos?.

Otro panorama posible, que abocaría, esta vez sí, a un bloqueo y a unas elecciones anticipadas en dos meses (en el caso de que nadie más se mojara) sería una alianza de Podemos e IU, que suman 14, frente a los 14 de Javier Fernández. Si el PSOE no lograra otro aliado en la Junta, y en dos meses no se consiguiera un desempate, sería necesario convocar elecciones anticipadas. Tampoco nadie sale ganando.

La idiosincrasia de Podemos dificulta "pactos desde la cúpula" para los concejos

Respecto a las aventuras, en Ciudadanos, más o menos, lo tienen claro. "No tenemos una situación de partido bisagra en la Junta", resumen, para descartar en principio acuerdos tripartitos. Su política de alianzas, además, va a estar coordinada desde un comité de negociación que se ha creado en Barcelona. Serán estos dirigentes nacionales los que estudien caso a caso, "escuchando la postura de los dirigentes territoriales". En IU, también tienen claro que aventuras, las mínimas. Gaspar Llamazares aseguró ayer que no está dispuesto a alentar "geometrías variables". El líder de IU, que ofreció diálogo al PSOE y Podemos, insistió en que cualquier acuerdo debe sustentarse "en bases programáticas, no numéricas", y destacó que el mensaje de los ciudadanos ha sido claro: "desalojar a la derecha y a las políticas de derechas".

IU defendió la autonomía de los municipios para tejer sus propias alianzas, siempre con la línea de coincidencia de programa, algo que también sostiene Podemos. En la formación de Pablo Iglesias destacan que las candidaturas locales que han avalado son agrupaciones de electores, que tienen independencia de actuación, dentro del marco del código ético de Podemos. No cabe, aseguran, vincular posibles negociaciones municipales y regionales.

Y es que la idiosincrasia de los nuevos partidos, sobre todo la de Podemos, dificulta la vieja política de toda la vida: pactos en la cúpula, y el que no cumpla, fuera del juego. "¿Puede el PSOE alcanzar un pacto global con Podemos y estar seguro de que se va a cumplir? ¿Tiene capacidad Podemos para hacer cumplir lo que pacta, si alcanza algún acuerdo?", señalan dirigentes socialistas.

Desde Podemos, las cosas se ven desde otra perspectiva. "No hemos venido a repartirnos cargos", señalan. Ciudadanos también insiste en que han venido a llevar a las instituciones el cambio que piden los votantes, y aseguran que cualquier negociación con ellos también pasa por su programa.

Jesús Gutiérrez, secretario de Organización del PSOE, asegura que miran el panorama con "prudencia" y que estudiarán los datos con "sosiego". El resultado dentro de un mes, en la investidura.