Las reuniones mantenidas ayer por la mañana en la Junta General del Principado aclararon las posturas que van a defender unos y otros sobre la Mesa del parlamento regional, su órgano de gobierno. El PSOE está dispuesto a "ceder" para "garantizar la máxima pluralidad", es decir, que al menos cinco partidos se sienten en el órgano de gobierno. El sexto podría acudir como vocal, con voz pero sin voto, ya que la mesa está formada por cinco miembros como máximo. Esta propuesta, que coincide con lo que reclama IU, contrasta sin embargo con la postura que defiende el PP, que considera que el órgano de gobierno debería "reflejar la proporcionalidad de la Cámara", no sólo la pluralidad. El resto de los grupos que no tuvieran puesto podrían estar, según defiende Mercedes Fernández, como vocales, sin voto, en aras de la "transparencia".

Aunque parezca un trámite oscuro y burocrático, la constitución de la Mesa de la Junta tiene gran trascendencia para el funcionamiento interno de la Cámara. En palabras del diputado electo de IU, Gaspar Llamazares, "es la puerta por la que entran en el Parlamento los intereses de la ciudadanía, o su cerrojo", ya que es el organismo encargado de hacer los órdenes del día de los Plenos. Si no media acuerdo alguno, y tal como el reglamento plantea la votación, sólo los dos partidos mayoritarios podrían estar representados en la Mesa, tres puestos para el PSOE y dos para el PP. Sin embargo, una alianza de los otros partidos, que unieran sus votos para apoyar a algún candidato, podría dejar fuera al PP, que no tiene mayoría (cuenta con 11 escaños). Las negociaciones, el "reparto de votos" necesario para que todos tengan representación, se negociará este fin de semana y el lunes, de forma que en la sesión de constitución del Parlamento, prevista para el martes, los grupos lleguen con la votación clara.

Para Mercedes Fernández, diputada electa y presidenta regional del PP, es preciso que la mesa refleje "la proporcionalidad" de la Cámara. Para que el PSOE obtuviera esa superioridad numérica, y el PP tuviera más representación que el resto de los grupos, como segunda fuerza parlamentaria, la mesa tendría que tener una composición bicolor, de PSOE y PP. Sólo una alianza de los dos partidos mayoritarios, o una falta de pacto del resto de las fuerzas, haría posible ese resultado.

Mercedes Fernández no quiso ayer, tras reunirse con Gaspar Llamazares, entrar en cuál sería la fórmula concreta que garantizase esa "proporcionalidad", aunque sí considera que es necesaria y que no está reñida "con la pluralidad". "A ver si somos capaces de tejer acuerdos que reflejen esa proporcionalidad de la cámara". Aunque ante los periodistas no lo recordó, fuentes del PP destacaron lo ocurrido con la renovación del consejo de TPA, que contaba con el respaldo de PSOE y PP pero no llegó a ejecutarse porque, bloqueado por laos minoritarios que estaban en la Mesa, nunca llegó a Pleno y no pudo aprobarse.

La "proporcionalidad" que defiende el PP no parece, sin embargo, casar con la propuesta de Javier Fernández, que ayer defendió, tras una reunión de más de hora y media con Manuel González Orviz, coordinador de IU en Asturias, y Gaspar Llamazares, que la Mesa debe reflejar la pluralidad de la Cámara, lo que obligará a repartir votos, es decir, que el PSOE no apoye sólo a sus candidatos, sino también a los de otros partidos. "Habrá que ceder, y como somos el partido mayoritario, seremos los que más cedamos", afirmó Fernández. "Buscaremos fórmulas para que haya la máxima pluralidad, aunque un grupo tendrá que estar de oyente", señaló.

Para Gaspar Llamazares, lo importante es que "nadie tenga capacidad de cerrojo", es decir, de bloquear propuestas.

La portavoz de Foro Asturias, Cristina Coto, pidió ayer por carta a los grupos que no caigan en la "tentación" de copar puestos en la Mesa, lo que sería "legal" pero vulneraría el espíritu del Estatuto de Autonomía, según difundió en un comunicado.