Ayer no cabía ni un alfiler. De oriente a occidente, las playas asturianas registraron ayer el primer lleno hasta la bandera de la temporada estival gracias a las altas temperaturas registradas en toda la región, que rozaron los treinta grados en algunos concejos del interior. La afluencia masiva a los arenales provocó pequeños atascos en los accesos a los principales núcleos costeros, que vivieron una jornada de calles abarrotadas y terrazas sin sillas libres. Además, el inicio de las vacaciones escolares en toda España propició la primera jornada con notable presencia de turistas en concejos como Gijón, Llanes, Cangas de Onís o Tapia de Casariego. Los hoteleros ya se frotan las manos ante las buenas perspectivas que manejan para los dos próximos meses. Una situación que no se ha repetido en la jornada de hoy por la presencia de intervalos de nubes bajas, temperaturas mínimas sin cambios significativos y máximas en descenso. Además, no se descarta alguna precipitación débil

Todo lo contrario a ayer. Los termómetros marcaron en Llanes y en otras localidades del Oriente de la región cerca de 27 grados y, aunque en algunos puntos alejados del mar se alcanzaron cifras mayores (la máxima era de 29 grados) la brisa cambió la sensación térmica y rebajó la anunciada ola de calor. No la sintieron el joven Jagoba Samarreño y sus amigos, venidos de Bilbao y Salamanca, quienes destacaron que, en otros lugares como Castilla, "seguro que hace bastante más calor". Este grupo pasó el día en Porrúa, dona la sombra y refrescándose con unas cervezas.

Sí notaron el elevado calor, pero más en la caja que en sus caras, las dependientas del puesto de helados de la playa de Barro, Maritza Bonilla y Raquel Madrigal. "Sí que estamos vendiendo más que otros días, de eso no hay ninguna duda", explicaba la primera a la hora de comer. Y añadía que, cuando llegaron a la playa al mediodía, ya se encontraron con "mucha gente". También vendieron mucha más agua que en días anteriores y refrescos, uno de los principales reclamos de los turistas.

También el parque de La Acebera, en Lugones (Siero), recibió ayer a cientos de visitantes, atraídos por sus frondosa vegetación y sus generosas sombras, perfectas para refugiarse del imponente sol que lucía a media jornada. Numerosas familias y pandillas de amigos se citaron en esta gran zona verde para disfrutar de una parrillada campestre. "Ya vinimos a las diez a poner la toalla para guardar un sitio", explicaba Marcos Martínez, que había quedado en el parque con un grupo de amigos, todos ellos exalumnos del instituto de la localidad, para su reencuentro estival.

Los pintorescos parajes del parque también propiciaron escenas singulares, como la presencia de algunas parejas de recién casados que se acercaron a sacar unas fotos diferentes para inmortalizar su gran día. "Nos casamos en la iglesia de San Juan, en Mieres, pero tenemos la comida aquí cerca y el fotógrafo nos sugirió venir al parque por su belleza", explicaban Vanesa Campos y Jonatan Fraiz, en medio del caluroso posado.

También la sombra se cotizaba ayer al alza en la playa de La Palmera, en Candás, que registró su primer gran lleno del año. Por eso, el chiringuito del arenal estaba especialmente solicitado. Carlos Calzón decía, a primera hora de la tarde, que "nunca había oído tantas veces hablar de las temperaturas". "Hace mucho tiempo que los termómetros no llegaban a estas cifras" comentaba.

A pocos metros, Eusebio Suárez explicaba que "vinimos a la playa, pero necesitábamos refrescarnos y buscar un poco la sombra". "La verdad que si no fuera por las montañas verdes que se ven al fondo pensaría que estamos en Cádiz", añadía, en medio del gentío que llenaba el arenal. Una aglomeración que se repitió ayer en las zonas de baño de Gijón y de toda la región. Las temperaturas bajan hoy ligeramente.